Agenda A
Hacer algo Pro bono publico no suele tener recompensa alguna en estos días pero se queda muy a gusto tu conciencia.
Les voy a poner a caldo, que yo no soy de dar puntada sin hilo. Seguimos sin entender cómo funciona La Matriz, y no es tan difícil (En La India lo llaman Maya). Si una pareja primordial tiene hijos más adelante se contarán por millones. Si unos escritores publican libros en primicia después serán millones las publicaciones. Así que yo, con mis cuentos, no les doy pescados, quiero que aprendan a pescar que la mar y el Cosmos son muy grandes para nosotros. El caso es estar siempre a ver quién se lleva el gato al agua.
Llenar el país de chicos zombi, chicas vaca (con argolla en la nariz) hiperconectados a través de los teléfonos y ordenadores pero que sus cerebros dan señal plana (incluso sus chisss sintéticos) esto es algo que forma parte de la Agenda A.
¿Cómo tirar abajo la civilización occidental? Idiotizando al personal. Nos quedan cuatro telediarios si no espabilamos. A este paso se vivirá mucho mejor en Nigeria que en Murcia o Almería. Nos exportan a sus delincuentes y deficientes mentales. Vienen por millares gracias a las Organizaciones pro lucro máximo; tienen comprados a periodistas para que publiquen que los esclavos que traen en las barcazas, remolcados, son “migrantes”.
Migrantes son las cigüeñas y las golondrinas que pasan de un continente a otro según la estación del año. A estos modernos esclavos no les traen para pasar el verano y después regresarles a su país; vienen para quedarse y parasitar a los europeos. Todo migrante debería llegar a la península con el billete de vuelta a fecha fija en la mano, como cuando íbamos a vendimiar a Francia. Si no es así es engaño manifiesto y Agenda A.
De los A de toda la vida, esclavistas. A los acomplejados sociales, los pobres de espíritu, los que nunca se esfuerzan ni para elegir médico de familia, esto les resulta casi imposible de comprender.
¡A mí, como si me ponen la de los conejos!
Y, evidentemente, eso les llega, problemas en los barrios, casas ocupadas...
Son como los extras de las películas catastróficas, ¡no sea usted un extra! ¿o es que no sabe cómo terminan siempre?
Para unir a la humanidad en un proyecto común hay que acudir a la raíz, a aquello que custodiamos en cada ser humano, de no importa qué lugar de este mundo y tanto en lo carnal como en lo espiritual; pues si el pasado es en gran parte común también habrá de serlo el futuro.
Como bien descubrieron los españoles de hace siglos los terrícolas podemos procrear estupendamente entre nosotros, y eso es por algo.
Amores polinesios, ¿y porqué no? Esto son cosas que suceden, ¿verdad?