Exhibición aérea en la Cuarta Dimensión
Cuando desaparecieron los ladrones de libros yo di por perdida esta civilización, pero, tal vez, nos quede una extraña esperanza. Y les cuento el porqué: todos los fines de semana, después de anochecer, me encuentro a jóvenes por el barrio que no saben en qué bar están, ni porqué plano astral caminan; además van desvestidos con unos disfraces infames, rocambolescos. Como mucho son capaces de exclamar algo como: ¡Ay, Señor, qué chorrada se me ha ocurrido! Y se quedan allí, petados, sujetando el cubata con las dos manos.
Yo me voy para a casa, algo triste, eso sí.
Si al menos fueran diletantes... pero no, no, solo son gente que delata su condición, humana, por supuesto. ¿Qué ocurre con sus conciencias? ¿Quieren bajar aún más de nivel?
Un aviso: si en alguno de sus sueños lúcidos, en alguna ocasión, se vieran en un lugar despejado y un buen grupo de personas reunido y mirando al cielo vieran a una esfera brillante, luminosa, ¡no se espanten! Eso que ven es algo similar a lo que llamamos un dron. La exhibición aérea es una invitación a salir a la 4º Densidad (es más adecuado decir densidad que dimensión, aunque se dan la mano) y para acostumbrarse a verse fuera del cuerpo carnal y de la Matriz 3D.
No se asusten y disfruten del espectáculo, es gratis y solo dura unos minutos.
Son artesanías, hechas a mano por un paisano, y no hay dos iguales; no hay que utilizar máquinas con ellas, usen su conciencia... ¡cabezotas!
Solo que no están fabricados en La Tierra, y por los terrícolas. Seguramente la que usted verá será similar a una esfera que aterrizó por accidente en Sudamérica y está estudiando el señor Maussan, de México. No son peligrosas, sencillamente ustedes contemplen la exhibición aérea. Son metálicas, como La Luna.
El truco que utilizan para que tengan ustedes esas “visiones” es anular la Matriz 3D y ustedes se quedan sin ver casas y calles y todo eso, tan solo un campo abierto. Se le ha llamado Astral y de otras maneras pero básicamente es eso. De repente te encuentras en campo abierto y allí ves la exhibición. Saque usted su propia conclusión.
Y digo yo , a estás alturas de la vida y con cierta edad , merece la pena comerse la cabeza.. ? Vive la vida y deja vivir .
ResponderEliminarNo se coma usted eso, amigo. Solo es un aviso que les hago pues yo ya he visto alguno de estos casos. Son visitantes, y no tienen intenciones dañinas, normalmente. Yo les suelo llamar Los amigos de los cereales, porque llevan muchos años haciendo fascinantes diseños en los trigales de Inglaterra. No rompen ¡ni un tallo! Hasta ese punto son de cuidadosos. No se asusten si ven alguno.
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