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Divertimento


Divertimento


Hola amigos, ¿qué tal van las fiestas? La vendimia ha ido fenomenal.

Estamos en un plan: Perdiz que salta pa´la canana, ¿verdad?

Somos seres amorosos y nuestra verdad rezuma por las costuras de esta saya.

¿Siguen escogiendo lentejas? A mi me encanta la Olla Podrida con legumbres de La Bañeza.

Soy así, lo que comiste de niño y te hizo adulto de mayor te reconforta con solo olerlo.



¿No quedan ancas de rana? ¿Y caracoles? ¿Cangrejos de río? ¿Nada?

Bueno, pues asemos la manteca para hacer unos torreznos. Chuscos de batallón y salchichón de León, ¿Nunca lo ha probado? Mas le vale hacerlo, que cuanto hambre pasaron nuestros abuelos.

Se comían nuestras abuelas las acederas que crecían en la trinchera del ferrocarril, pura vitamina C.

Y los paisanos se fumaban los tallos de los cardos borriqueros o de los cáñamos que crecían a su lado, para matar el hambre. Sí.



El ferrocarril cambió la Matriz 3D de los seres humanos y de casi todo. Los caminos de hierro.

Ahora son los antenistas los que han tomado el relevo de los ferroviarios y están realizando los cambios con sus torres.

No por más repetir ad nauseam que las cosas están cambiando, este escritor y cuatro más, se consigue algo pues la peña no se da cuenta que de nada y de muy poco sirve el viejo modo de pensar: ¡Piensa mal y acertarás!

Todo eso hay que echarlo a reciclar o se nos terminará la diversión rápidamente.



Piensen en Los últimos días de Pompeya, igual van por ahí los tiros. Y como muestra un botón: miren las noticias sobre La Florida de hoy mismo. Después de este vendrán otros sucesos mayúsculos. No puedo ser más claro: nos venden una ilusión de seguridad, es eso.

Y lo vengo diciendo durante años.



Noche en la Estación del Norte y otros cuentos fantásticos.

 


Noche en la Estación del Norte y otros cuentos fantásticos.


Este libro es una recopilación de cuentos y relatos que publiqué en el año 2013, edición en papel, y en 2014, edición digital. ¡Cómo nos afectó a casi todos el dichoso 2012!




Noche en la Estación del Norte, El Español y las briquetas y Tren Maravilloso, son cuentos basados en mis recuerdos ferroviarios, la infancia acompañando a mi abuelo y a mi padre, la juventud que pasé trabajando en la estación, y mucha fantasía por supuesto. También el mejor buen humor que pude añadir. 

Nadie es capaz de fumar y beber como un ferroviario.



Boci, héroe voltáico son recuerdos de universidad, del internado en la Universidad Laboral de Tarragona. 




Campamento Pirenaíco también son recuerdos de aquellos Campamentos de Alta Montaña que se hacían en los años setenta. En la foto el Valle de Arán.


Maniobras Orquestales en el Monte Aragón se basa en unas maniobras, con fuego real, que padecí haciendo el servicio militar. Mi capitán leyó este relato y me felicitó, incluso conseguí hacerle reir.



Hay mas cosas en este libro, más historias sorprendentes, ya no basadas en recuerdos como: Iniciativa Laffertiana, un homenaje al escritor norteamericano Rafael Aloysius Lafferty; algo descacharrante que surgió un fin de semana escribiendo para un grupo de la red social facebook.


El más curioso de todos es un cuento corto: Picnic en el depósito que escribí homenajeando a los escritores soviétivos Arkadi y Boris Strugatski. Me impactó la lectura de algunas de sus novelas como Ciudad Maldita, Destinos Truncados y por supuesto Picnic junto al camino, que yo convertí en un depósito de material ferroviario, abandonado tras un inesperado ataque nuclear.


Y digo curioso porque este cuento, los protagonistas son unos niños a punto de fallecer de hambre y contaminación radioactiva, fue el germen, años después, de las prodigiosas aventuras de Samur Pan, el cazador de comancheros. 

Samur es visitado en comisaría por unos crios que le muestran un hongo yesquero que ha sido baleado, y con proyectil de rifle. Sería El Caso del hongo asesinado, al que le seguirían Y Adán callaba como un puta, La Fiesta de la Vendimia de Isla Beckner y culminando con la novela Llamando a Base Castilla.

Caramba con el cuentito, ¡vaya fruto dió tan pequeña semilla!

En esa silla me pasé muchas horas sentado tomando notas para mis cuentos. Los grafiteros... en fin, ahora están casi todos grafitados y es el neurochip el que habla por sus bocas.




Ya comentaré en próximas entradas otros libros míos. Confío en que sigan haciendo disfrutar a sus lectores. 

Estáis en buenas manos, ¿alguno de ustedes lo duda?











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