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Camino de Santiago 2.009. Desde Viana hasta Azofra.

 


Continúo subiendo al blog fotografías del Camino de Santiago Francés, en este caso del año 2.009. Mes de noviembre, día 27. Mañana fresca y soleada y salimos de Viana con destino a Logroño. Tras pasar por la Ermita de la Virgen de las Cuevas casi todo el camino es cuesta abajo y pronto se ve la ciudad a lo lejos.



Un bonito paseo mañanero rodeando el Embalse de Las Cañas hasta que llegas al puente para cruzar el río Ebro. En Logroño paré a sellar en la catedral, un par de monjitas convencieron al vicario para que me hiciera el favor. Tras comer algo y cargar con algún bocadillo continué caminando.


El parque de La Grajera es una gozada y tal vez alargué un poco la parada. Se estaba oscureciendo el cielo así que de nuevo a caminar.


Al llegar a Navarrete parada y fonda, en el curioso albergue El Cántaro. Apenas 5 peregrinos coincidimos aquella noche y compartimos habitación con mucho gusto. Se estaba poniendo frío el ambiente.

el cántaro


Nos vamos para Nájera subiendo y bajando entre viñedos. Con mis compañeros, el suizo y el franco canadiense, ibamos viendo cómo se cubrían las montañas con nubes a lo lejos.



Algunos rincones curiosos, como el Guardaviñas, un chozo de bella factura.



Siempre hay alguno que deja su basura en el monte y pasamos junto al mural del poema caminero: Polvo, barro, sol y lluvia es Camino de Santigo...


Y llegamos a Nájera pero el albergue municipal está cerrado, y también los privados así pues convencí a mis dos compañeros continuar hasta Azofra y allí buscarnos la vida. Efectivamente: en Azofra nos dieron las llaves del curioso albergue municipal "de invierno", apenas un cuartucho con cuatro camas, pero suficiente para pasar la noche. Y había al menos un bar abierto en la localidad.

Otro día subiré mas fotos de las siguientes etapas. Buenos recuerdos de estos días.

Recuerdos de hospitalero voluntario, Nájera 2006

 


En la primera quincena del mes de agosto del año 2006 estuve como hospitalero voluntario en el albergue de peregrinos municipal de Nájera. Apenas llevaba dos años en funcionamiento y se puede decir que estaba como nuevo.

albergue de Nájera


Durante 15 días estuve al cuidado del refugio y de los peregrinos. Todos los días colgábamos el cartel de completo y después había que buscar soluciones para los que iban llegando. Anécdotas para regalar, como la de un cura polaco, con sotana y todo, que llegaba andando desde su pueblo y a última hora. Pues se le buscó un rincón y durmió a cubierto.
La ropa y las bicis había que tenerlas sobreojo pero no tuvimos el menor problema en aquellos días. Lo que sí ocurría era que la gente marchaba por la mañana olvidando cosas de todo tipo.


Al tener cocina el albergue se preparaban unas cenas comunitarias de lo más divertido, y el ambiente fue estupendo todos los días que estuve. Eso sí: después me tocaba lavar toda cocina y platos, porque los pilgrims... ¡uff!


El cuchitril de los hospitaleros. Pues aunque parezca mentira nos las apañamos bastante bien la quincena completa.
Al añochecer venía casi todos los días un sacerdote para hacer una oración y meditación conjunta con los peregrinos. También recibimos visitas de tipos muy curiosos y por entonces conocidos en el mundillo del Camino, como Marcelino el peregrino paseante de La Rioja. (Que resulta que es de León y fuimos a la misma guardería infantil) Y otros tipos interesantes. Pena de no haber hecho mas y mejores fotos.


En el tema curativo como soy un manazas me limitaba a darles buenos consejos y ponerles a mano el botiquín. Existe un estupendo ambulatorio al otro lado del río y en caso de problema serio les acompañaba hasta allí.


Aproveché las mañanas para conocer mejor Nájera y su historia, muy interesante. Y los vinos estupendos.


Me gusta callejear por las zonas antiguas y después de unos días en algunos locales ya me saludaban: el rubiales de León.


También pasaba a la parte nueva a darme una vuelta. El alcalde y algún concejal se portaron maravillosamente cediendo un pabellón de deportes donde iba llevando a la gente que llegaba con el albergue lleno, y todos tan felices.
Como yo había andado ya varias veces este Camino Francés también me tocó dormir en algún pabellón o campo de balonmano.


Poco o nada habría podido hacer sin la inagotable hospitalera Marta, Marthy del Camino. Californiana de pura cepa pero que residía por entonces en Anchorage, Alaska, donde daba clases de español en su universidad. Con los pilgrims era mano de santo y les resolvía los problemas con paciencia infinita. 
Llevaba como yo viniendo al Camino de Santiago desde el Jacobeo de 1999 y también le hacía ilusión hacer una estancia como hospitalera voluntaria.


Y este individuo con unos años menos. He vuelto a pasar por Nájera haciendo el Camino pero al hacerlo a finales de año he encontrado el albergue cerrado. No importa, les deseo el mayor de los éxitos a los compañeros que estén este año 2025 en el albergue.


Camino de Santiago 2002. De Puente la Reina a Nájera

 


Cirauqui, llegando con un compañero brasileño por un sendero entre viñedos.

Nuevas fotos de recuerdo de mi Camino de Santiago 2002.


Villatuerta, y la estatua de San Veremundo que nos sale al paso en una preciosa etapa veraniega.


Parada y fonda en Estella. Me quedé en el albergue municipal y a disfrutar del día. Estuve incluso por bañarme en el río de tan bueno como hacía.
Recuerdo una anécdota con la tarjeta de crédito, que no funcionaba, así que tuve que entrar en una oficina bancaria para sacar dinero. Buen sitio Estella.

Para sellar la credencial subí a la parroquia de San Pedro y de paso me la mostraron perfectamente.


En la siguiente jornada subimos a Villamayor de Monjardín. Sellé la credencial en el albergue Hogar Monjardín. 
En la bajada hacia la Cañada de Moriones me alcanzan los vascos que venían como motos. Habían cenado muy bien en Estella y se les notaba.


En Los Arcos nos refugiamos en el albergue municipal y ¡sorpresa!
Nacho, uno de la partida, resulta que es gerente de una importante bodega y nos convida a conocerla y a comer, previa cata de sus estupendos vinos de Navarra.
El rosado me pareció delicioso.


Foto de grupo en las escaleras de la bodega. Los dos con camiseta azul con flecha amarilla, padre e hijo, unos canarios super majos.


Al ser peregrino veterano me quedé como "hospitalero" indulgente y nos acostamos bastante tarde charlando y haciendo bromas en la puerta del albergue.


Al día siguiente me hice una etapa un poco larga. Pero primero paramos en Viana a despedir a un compañero asturiano que llevaba ya más de un mes caminando atravesando Francia. Necesitaba parar unos días para recomponerse.
Después pararía a charlar un rato con Felisa, Higos, Agua y Amor ya cerca de Logroño. Donde me quedaría en el albergue municipal.


Al día siguiente, atravesando el Parque de La Grajera, me encuentro a un curioso personaje ataviado al modo medieval. Marcelino Lobato, "el peregrino riojano pasante". ¿Lobato? 
Pero si es de León, del barrio de San Mamés, y fuimos a la misma guardería infantil, en años diferentes claro.


 Y sin muchas paradas me llegué hasta el albergue municipal de Nájera. Que por entonces estaba en un caserón antiguo. Años más tarde yo iría como Hospitalero Voluntario a esta villa pero ya en el nuevo albergue, al lado del río.


Y como había fiesta en Nájera, ¡pues a disfrutar de su hospitalidad!
Ya subiré más fotos de las siguientes etapas, confío en no resultar pesado.
Hasta la próxima.




Intangible

Intangible Cambios en el planeta natural. Amores luminosos, cariñitos pasajeros, que pasan por este mundo viajeros, peregrinos de Lo Inta...