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Rumores y desasosiego


Rumores y desasosiego


Hola amigos chachipirulis, ¿cómo les va?

Hoy les traigo a colación el asunto de la orientación.



Si camina de noche por el campo siempre busque en lo alto del cielo, en el zenit, la estrella Vega, detrás va la constelación del Cisne y después la del Triángulo. Así tendrá la orientación oeste-este, la Osa Mayor y la Menor le indicarán el norte, y la estrella Sirio y la constelación de Orión el sur.

Es fácil, yo aprendí estas cosas a los 15 años y tan solo me he despistado alguna vez con niebla cerrada. Aprenda también fundamentos de Astronomía, nunca se sabe cuando le harán falta.



La norma que ha regido hasta hoy día en este país y mundo ha sido: “clavo que sobresale está llamando al martillo”. Y yo no soy de cocinar potitos para los hijos de los siervos.

El que comprenda lo que escribo bien le irá, y el que no... pues lo siento. Que sigan con las papillas precocinadas.

Un consejo: hay que vitaminarse y mineralizarse, a menudo. Yo todavía soy seguidor del Súper Ratón.



¿Usted es de los que hace caso de los rumores? ¿Consume bulos como si fueran chocolatinas?

¿Pilla uno y le da cuerda sin detenerse a pensar?

Tenga cuidado, tal vez sea usted lo que está bailando en el anzuelo. ¿Se siente afectado por algún cotilleo? ¡Sí!



Cuando le llegue un rumor, es mi consejo, procure averiguar todo lo posible sobre su procedencia; el caño, la fuente, de donde ha manado. Si lo consigue seguro que se llevará buenas sorpresas.

Me repito como los pepinos: ¿cuando se trague un rumor qué debería usted hacer?

¿Usted ha estado alguna vez en la sala de espera de un dentista? Largo rato.

¡Esa es la actitud!

Esto es importante, hay que verlo con nitidez; tendrá que esperar, angustiado, a que se lo saquen.



Si es necesario recurra usted a unas dosis de anestésico de acción general; yo me tomo unos chatos por los bares del barrio y se me pasa pero... ¡usted sabrá!

Recuerde siempre esto: que de la monja al Papa de la mentira nadie escapa. Haga oídos sordos a los rumores, aunque sean de guerras.



Todos nos adaptamos a las convenciones comunes del grupo con el que habitamos, en mi caso el español; eso incluye vitorear a los deportistas y admirar a los toreros.

Lo hago de modo sencillo y sincero; mi grupo es el español pero nunca desprecio algo hispano. Comenzando con lo portugués pues aprendí a escribir bien leyendo a don Fernando Pessoa.

Y así nunca he apeado el desasosiego.


Intangible

Intangible Cambios en el planeta natural. Amores luminosos, cariñitos pasajeros, que pasan por este mundo viajeros, peregrinos de Lo Inta...