Rellenando botellas y vidas
Luminosos deseos, amigos. Vaya plan de vida llevamos. ¿Verdad?
Estamos como rellenando botellas, y también vidas.
¿No ha visto alguna vez a las taberneras del barrio rellenando botellas con los posos de otras a punto de finiquitar? Lo mismo o muy similar están haciendo con sus vidas: añadiendo los restos, posos, de otras vidas. Sin más.
Con suerte de otros “yo mismo” de otras Vías Temporales.
Y sino con las de algún morito, conguito o ronchito o...
¿Siente usted últimamente aversión a la maravillosa carne de cerdo?
Pues igual va a ser por eso, hágaselo mirar.
Hay que apartar el trigo de la paja. O pronto nos volverán a imponer la mascarilla y todo eso.
Percibir algo que nos llega de La Consciencia Cósmica, o del Pleroma, o de donde venga, pero que no sea la tontería que echan a diario en las televisiones.
Eso es el alimento soma para la gente masa; los que se aglomeran, se agrupan en grandes cantidades; sin razón vital, como decía Ortega y Gasset.
Filibusteros que tienen opinión sobre todas las cosas y la dan sin que nadie se la pida.
Hacen corro en las puertas de los bares y se ríen con altavoz. Gregarios como los simios, sin discurso propio; pendientes del teléfono y sus tonterías.
Y por ello sus circunstancias son algo creado, programado, por élites mas claras u oscuras que les inventan derechos pero les ocultan las obligaciones.
Hasta que llega Hacienda con el hacha.
Y entonces todo son quejas.
Pero siempre harán lo que les ordenen Los Amos, pues para ello están programados.