Andando de tascas con la ciencia oficial
Hola amigos, luminosos deseos, que vengo de dar una vuelta por el barrio.
In vino veritas, como decían los sacristanes.
Últimas impresiones.
Observo que hay unos que no paran de rajar y otros de dar palique, unas de cardar la lana y otras de despellejar a las amigas ausentes. Lo mismo de siempre.
¿Se dan cuenta ustedes de lo rica que es la Lengua Española en expresiones descriptivas? Y todo ello se lo ofrecernos, gratis total, un espectáculo prodigioso, a los turistas. Franceses inclusive.
A ver, oír nos oyen, pero entender no entienden. Na de na...
Observar a cuatro españolas hablando a la vez, ¡y entendiéndose!, va mucho más allá de su comprensión. Incluso de los extranjeros que llevan años viviendo entre nosotros.
Ronchitos incluido. Buena gente, pero no consiguen pasar del latín al roman paladino que por aquí parloteamos. Y sin utilizar argot alguno.
Algún día les hablaré del lenguaje de signos, algo tan hispano; heredado tal vez de ¿los lemurianos?
Advertencias vacuas han sido cuantos consejos os he pasado, pero aun recuerdo la parábola del sembrador. Siempre surgirá alguna opción plausible en situaciones cambiantes, pues estamos en una Matriz variable.
Me encanta estar de brazos cruzados, ¿y a usted? Mirando cómo los árboles echan flores.
Eso tiene consecuencias en un mundo de acción-reacción. Sí, el quedarse quieto, y dejar que suceda lo que tenga que suceder.
Todo va a quedar requetebién...
Vivimos bajo la tiranía de la ciencia oficial, sin conciencia alguna; la de los hechos probados, la verdad abstracta, la justicia ciega, la perfección mecánica, electrónica, y las inteligencias... ¡artificiales!
Para que no podamos hacer el uso propio de las naturales.
Así nos va.