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Diversidad de las formas


Hola amigos, sigo con mis pesquisas sobre la Conciencia y esas cosas tan elusivas.


La Física y la Química estudian la energía y la materia, sus formas y reacciones.

La Biología y la Medicina los seres vivos, incluyendo a los humanos. Pero no hay ciencia alguna que estudie la conciencia y sus múltiples y maravillosas formas.

La Psicología está a años luz del tema y el mentalismo fue rechazado por no ser cuantificable. Es mejor atiborrar a la gente con pastillas de colores. En India, Japón y algún otro sitio, con el yoga y el zen y alguna otra cosa, llevan siglos rascando la piel de este asunto.



La emulación

No teniendo ni pajolera idea de qué cosa puede ser eso de “la conciencia” serán fracasos sucesivos los intentos de viajar a lejanos planetas, no digamos a los extra-solares, o intentar contactar con otras humanidades.

Tomemos conciencia de ello: un ejemplo, tenemos Marte a la vista; sería bonito llenarlo de vida, ¡es un pedrusco helado! Pero a ni un solo científico se le ha ocurrido llenar unos cuantos vehículos exploradores de superficie con hormigas y los hongos que ellas cultivan. Nos ahorrarían siglos de trabajo para embellecer el planeta Marte. Si a él le pareciera bien, claro.



¿Conciencia?

¿Puede tener conciencia un planeta?

Si tú careces de algo no puedes percibirlo en otro, no hay otro algo que te dé respuesta a tu ping, llamada; ni siquiera puedes lanzar un ping pues careces de lo necesario. Tú puedes hablar de Marte, pero Marte, el planeta, no es un parlanchín, no te dará respuesta a lo que tú digas.

¿Qué puedes tener en común con un planeta? Este o cualquier otro. Con algo en común a todo el universo podrías hacer ping con cualquier planeta que percibieras, o estrella.



Con el primer ordenador que tenía en casa escribí mucho pero no había otra manera de pasarle a otra persona lo escrito que no fuera por disquete o imprimiendo en papel, en mano. Cuando me llegó a casa la comunicación por red telefónica entonces fue posible que leyeran mis escritos personas incluso en las antípodas, y de modo casi instantáneo.

Si tú ya tienes algo en ti, de ti mismo, en cuanto se dé la oportunidad podrás comunicarlo, y te podrán contestar. Pero si careces de ello... ni las estrellas pueden ayudarte.



Llenemos Marte de hormigas (sobre todo de las voladoras) se adaptaran rápido a ese entorno tan inhóspito y nuestros bisnietos alucinarán en colores al ver de lo que son capaces esos laboriosos insectos. Ellos sí que son concienzudos en su propósito, en cambio nosotros, cada día que pasa, dejamos pasar, nos parecemos más a una humanidad de usar y tirar.

¡Qué decepción!


Hasta la próxima, amigos.


Intangible

Intangible Cambios en el planeta natural. Amores luminosos, cariñitos pasajeros, que pasan por este mundo viajeros, peregrinos de Lo Inta...