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Alejarse de la Agenda A


Alejarse de la Agenda A


Y cuanto mas rápido mejor.

Confieso que he sido muy ignorante hasta hace bien poco. Me creí el cuento del azar y la necesidad, que todo en el universo es aleatorio, que las cosas que pasan en la vida te pasan por... casualidad. Hasta que comencé a publicar libros y los velos se fueron cayendo.

"Ni una hoja cae de un árbol sino es Voluntad del Altísimo". Una de las cosas que no pasaba a creer de ese famoso libro, y casi todo lo demás. Miré en la ciencia y en la ciencia ficción, buscando respuestas. Cuentos y relatos, algunos maravillosos; eso es todo, para mí, lo que entendemos hoy día por científico.

Escribí libros, como respuesta a ese estado del arte, de Fantasía, con fantasmas y dragones y cosas así de cuánticas, como le dicen ahora.

Contamos los años como si fueran lentejas, con alguna china que se nos cuela; básicamente esa es la visión que tenemos de lo que llamamos Tiempo. Y lo demás va por el estilo.

Es por casualidad que La Luna esté ahí fuera, perfectamente esférica, con un tamaño y en una órbita precisa; ya. Es casualidad también que Taylor Swift cante tan bonito, ¡ya te digo!

Sí, hombre, sí, para tí la perra chica.



Cuando usted escuche, es mi opinión, a un "experto" hablar de azar entienda que está confesando su ignorancia sobre el tema que está parlando. La ciencia... ¿qué nos cuenta? Se limita a catalogar información, previamente capada, y al servicio de las élites que pagan los sueldos.

Y si a mayores el tipo "experto" se declara ateo ya le puede dejar que regrese al polvo, al polvo galáctico del que dice provenir. Yo soy de otra clase, de polvo, y a mucha honra.



El proceso para dejar de ser azaroso ha sido largo y crudo, desde mi primer libro publicado, allá por el año 2010, hasta el que les voy relatando: Encantadores vecinos. Un largo Camino de las luciérnagas ciertamente; me he embarrado a base de bien en varias ocasiones.

Ya les conté como es la Agenda A, en una versión para chavales, en mis Prospectivas Asombrosas, publicadas en el año 2021. Por ello escribir hoy día, 2025, sobre los guetos de 15 minutos o la identificación digital, ya sea por el rostro o la huella dactilar, me resulta aburrido, cansino.



A ustedes les toca hacer su parte; yo, en cuanto pueda, me iré al monte a... buscar setas.


El Agua


El agua


Nos cuentan estos días los científicos que el agua apareció en el universo, ¡en todo el universo!, ya desde el principio, como el Tiempo. ¿No será que ya existía antes de esa explosión?

Que Dios tenga en su gloria a aquellos profesores que me amenazaban con un cero patatero si yo seguía afirmando que hay agua por todo el cosmos y desde siempre.

Agua y Tiempo, quizá nada mejor que nosotros, los húmedos, para experimentar sus virtudes.

Yo ya me estoy haciendo viejo, ¡menos mal! Si siguiera teniendo 20 años estaría cada poco coladito por una camarera, por una ingeniera, por una...

Bendita senectud.



El agua, lo que nosotros llamamos agua, es para mi una maravillosa amiga. Me mantiene en pie cada día y me regenera de los pies a la cabeza, y viceversa.

Un truqui, un truqui: yo pongo todas las mañanas una botella de vidrio con agua en la ventana. A la claridad; no importa que esté nublado. Con un cuarto de hora es suficiente, y después voy bebiendo de ella durante el día; así hasta el día siguiente.



También bebo vino, que es agua pasada por la tierra y la Vid. Otras dos buenas amigas de todos nosotros, los húmedos, y esto es así al menos desde los tiempos de Noé.

En Madrí anuncian una nueva marcha de rarillas, -istas, (rellene usted con lo que se le ocurra) bueno, cuanto más se revuelva el estercolero más moscones acudirán, violeteros.

Una muestra: están los "expertos" estos días hablando sin parar que si el oro sube, que si La Bolsa baja... , como el perro que quiere morderse el rabo. ¿No entienden que todo es un engaño? Abundar en el estercolero...

Beban agua, vecinos, que su cuerpo y conciencia se lo agradecerá.


Andamos a saltos como los sapos


Andamos a saltos, como los sapos



Hola amigos, bendita primavera que tanto la sangre nos altera.

¿Tiene usted algo rico que llevarse a la boca? ¿Sí?

Pues dígalo alto y claro, con desparpajo. ¡Me estoy comiendo unos...!

Qué tiempos estamos viviendo, que llega La Luz y se esconden en las cavernas.

Siembran, ciertos grupos de interés, inquietud por todos los medios a su alcance y en mucha gente crece la angustia, sin saber el porqué.



¿Son ustedes conscientes de sus carencias y miedos interiores? ¿Qué es lo que están esperando? ¿Qué se desborde el río?

¿Porqué van como las truchas a su querencia buscando cuevas entre las piedras del río?

Hay muchos mosquitos ahí fuera. ¿No los ha probado aún?

Dicen los “expertos” que están muy buenos, y los grillos también.

Yo prefiero a las langostas; bueno, con una al año me vale, que no me da para más la pensión.



Cambiando de tema: lo que hoy día denominamos Ciencia, oficial, (a mí me cabe en un dedal) es una nebulosa de creencias, la mayoría sin pies ni cabeza (como la del Big Bang) Un ídolo de dorada cabeza y pies de barro.

¿Quién les ha dicho que no podemos ver la otra cara de La Luna? ¿No tienen conciencia propia?

Soñamos que vivimos y cuando despertamos conocemos que nos han soñado.

¿Y eso?

¿Puede usted amar y dejarse amar? ¿Le suena raro?



Esto es como la pescadilla que se muerde la cola, y lo mismo en la tierra que en el cielo. Sí.

Y ahora sapos vuelvan a la cocina y sigan con su tortilla de saltamontes o lo que carallo estuvieran haciendo.

Programados hasta las ancas.

Y después: den unos saltos y salgan hasta la orilla del río y disfruten probando algo natural.


Están a los posos, desplumados


Están a los posos, y desplumados


Hola amigos, seguimos en la brecha; no desanimarse.

El vino viejo decanta posos que se han de quedar en el culo de la botella, esto es algo bien sabido. Pero... ¿y los humanos? ¿Qué ocurre cuando nos decantan, vacían.

¿Qué podríamos decir que poseemos en nuestros últimos días y después en el más allá? En el “otro barrio”. ¿Alguien lo sabe a ciencia cierta?



Yo es que me siento últimamente mas pesado, y reposado. También acalorado, ¿y usted?

La gallina de Diógenes y el gallo de Morón.

Sostenemos ideas absurdas tan solo por que las mantienen unos individuos que creemos que tienen “Autoridad”. Ni se nos pasa por la cabeza el revelarnos.



Un ejemplo: pasaba un día el sabio Diógenes junto a la Academia de Platón y le escuchó decir, pues hablaba en voz alta para sus discípulos, que el hombre es un bípedo implume.

Sí; ni corto ni perezoso el perro de Diógenes robó una gallina en una finca cercana y fue y la tiró por encima de la tapia de la Academia gritando: ¡Toma, hombre, para que no duermas solo!

Una nube de plumas cayó sobre Platón y su soberbia; cuando, segundos después descubrió quién se la había tirado tuvo que mantenerse callado.

Tenía delante a un tipo al que le importaba un pimiento su Academia y su pretendido conocimiento. No podía mantener Platón un justo encono contra Diógenes por su burla al haberle oído rebajar a los seres humanos al grado de gallos y gallinas; él lo hacía a diario al grado de perros y perras.

Ya no quedan tipos como Diógenes, desafiantes con los tontorolos que tenemos por “expertos”.

Y así les va, a los que van por la vida siguiendo sus consignas.



Necesitamos ser decantados cada poco, oxigenarnos, salir a dar una vuelta por el campo. O mejor aún: viajar a lugares lejanos; aunque nos dejen como al gallo de Morón: desplumados al pagar las cuentas. Cacareando quejas.

Pero eso sí: andar todos bien erguidos, sacando pecho y mostrando vuestro lustroso pin de la infame Agenda A.


Intangible

Intangible Cambios en el planeta natural. Amores luminosos, cariñitos pasajeros, que pasan por este mundo viajeros, peregrinos de Lo Inta...