El oro y la evolución humana.
¿Qué tal paisanos? ¿A limonadas andamos? Sigo con el tema evolutivo.
¿Recuerdan lo que les conté de la evolución estelar? La tabla periódica de elementos químicos no para de crecer. Pero... ¡qué hedor extraño desprende eso que llamamos Luna! ¿Verdad?
¿Y nosotros? Los minúsculos, a su lado, seres humanos, biológicos y todo eso, ¿hasta dónde podemos llegar evolucionando? Pues si en todo ha de haber un orden y un límite: ¿Cuál es el sentido y límite de los seres vivos en este mundo?
Hasta el elemento químico que llamamos oro podríamos llegar, pues más allá está el plomo que nos resulta venenoso a todas las formas de vida de este planeta.
Nuestra biología tiene esa limitación y por ello nos dañan tanto las radiaciones, especialmente las ionizantes.
Nosotros tenemos algo de hierro en la sangre y músculos, tenemos nuestro electromagnetismo particular, pero mejor no meter los dedos en un enchufe, ¿de acuerdo?
Los alquimistas jugaron durante siglos con el oro para intentar conseguir medicinas, pero no resultó pues nuestro cuerpo tan solo acepta cantidades ínfimas de ese mineral.
He leído algo sobre lo que denominan oro mono-atómico, una cosa rara, que se ha encontrado en tumbas de reyes de Egipto como ofrenda, en alimentos para los dioses. Pero para los humanos de este mundo no es factible como algo comestible; no lo digerimos ni asimilamos.
Los egipcios de ciertas dinastías hacían un “pan de oro” moliendo el material y añadiendo ciertas cantidades para sus reyes. Pero es que Osiris y compañía no eran de este mundo...
De todos modos algo raro debió ocurrir en aquella época pues la gente se puso como loca a buscar oro y cargar con él Nilo arriba y abajo.
Cuanto más rico y poderoso el personaje más oro cargaba encima en todo tipo de abalorios, coronas y demás cachivaches. Para parecerse a los señores de las estrellas.
Y ese modo de proceder se extendió desde Egipto a todas partes. No solo los reyes y sus palacios, también los templos se llenaron de oro, o plata en su defecto.
Actualmente el oro se utiliza en ingeniería, electrónica de alta precisión y microinformática, por sus buenas cualidades en la transmisión de la energía y la información. En cierto modo se puede decir que vivimos en La Edad de Oro, ¡sí!
Piénselo cada vez que utilice su teléfono u ordenador.
¿Se puede ir más allá del oro?
¡Hacia La Luz!
Pero entonces nos vamos saliendo de lo biológico. A lo electromagnético. Sí.
Un ejemplo: la fibra óptica. Tiene cualidades muy superiores al oro mas puro pues puede transmitir con un menor gasto de energía y de pérdidas de información. Es uno de esos “inventos causales” que han ido cambiando nuestra civilización a pasos agigantados.
Y más modernamente otro “invento causal” está produciendo cambios aún más acelerados, pero no quiero sacarle punta al lapicero y largar velas mientras no tornen los vientos.
Pensar en este asunto me produce sopor, y yo no estoy por esa labor.
Mejor me apuntaría a una academia de bailes de salón y aprender a bailar Rigodón con mi esposa.
Que hay que saber nadar y guardar la ropa...
Hasta la próxima, amigos.