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Amores platónicos


Amores platónicos


Hola amigos, tormentosos momentos estamos viviendo; pero ya era hora, ya.

Parece que pienso mal de los dirigentes actuales, y yo no quisiera; les veo agarrándose a un clavo ardiendo en estos días.

¿Podría haber otro tipo de gobernantes? Tendría que haber otro tipo de vecinos en el pueblo, nuestro pueblo. Gobernantes filósofos.



Seguramente nunca tendremos un filósofo mejor que aquel que se pregunta sobre La Nada; algo que siempre se escabulle entre sus dedos, sobre los posibles elementos materiales que de tan pico-pequeños nunca existirán, ¿o sí? Según se mire.



Podría llegar a ser un gobernante platónico de lo más justo y fiel con su pueblo pues nunca tendría algo palpable que llevarse en las manos, a su casa. Ni aunque fueran sobres muy livianos; incluso el sello se le haría muy pesado.

Haría las cosas con un amor fugaz, sin esperar algo a cambio, ¡qué pesado!

Incluso las bellezas de su harén serían volátiles, prestas a buscar amantes gallardos en otros patios.



Sobre sus ministros siempre pendería la pesada espada de Las Virtudes, y a la menor muestra de flaqueza... ¡caería sobre ellos!

Sus vecinos vivirían felices y contentos con su gobernanza, paseando por los campos buscando raíces, siempre abundantes, con las cuales sustentarse y así cultivar sus... inteligencias naturales.

Sin limitaciones materiales ni servidores metalizados, innecesarios. (Robots)

Su “corona” estaría hecha de grandes espinos para que nunca se le ocurriera la idea de llevársela a la cabeza y darse pompa y circunstancia. Así los amores platónicos se sucederían y reproducirían abundantemente en su territorio.

Nadie sería más que otro, sino más sabio y prudente, y por ello admirado.

Del trono al arroyo todos serían seres virtuosos y felices.



Nadie querría guerrear con ellos pues fácil te convencerían para convertir tus espadas en arados y los cascos en... bacinillas.

¿Le gustaría a usted vivir un amor platónico de este tipo?

¡¡Pues a qué espera!!


Romanticismo y libertad


Romanticismo y libertad


Hola amigos, una nueva charla frugal.

¿Existe el Amor Libre?

Pues claro que sí; lo otro es esclavitud y bajas pasiones, emociones que duran minutos, horas, tal vez días si la impresión fue fuerte; es el arrabio, la escoria, del verdadero Amor.

Seguimos escarbando en los muradales, buscando bellas flores en los fangales, y las más de las veces lo que encontramos son llamazares; que son unas flores tóxicas incluso para las vacas.

Amor, amar, es la última verdad.



En cuanto la captas y la aceptas la Belleza se acerca y te adorna; la Virtud florece en ti y pasas entonces de la borregada que aun está al pasto y la cañada.

Fluyes, te dejas fluir, en un río universal de seres amorosos donde rozas con beldades y sabios (alguno bastante pendejo, por cierto) y tu espíritu brilla entusiasta de un lugar a otro.

Si siguen ustedes a las cagalitas de cordero, o las noticias de cada día, se perderán este fluir alado entre las nubes, ¡y más allá!

Si consigue usted alcanzar ese fluir olvídese entonces de dimensiones y densidades, de tiempos relativos, hay multitud de ellos, y de territorios por explorar.

Sea usted Amor y ame, ¿el vehículo? Ya buscará usted en cada caso y mundo relativo el que le venga mejor.



No teniendo usted será, será algo imparable, no habrá pared ni muralla que le retenga. Atravesará ríos y montañas, sin más.

Será usted Libertad inesperada, inspiradora, y creará cosas, una tras otra, increíblemente bellas.

¿No me cree?

Entonces allá usted; a mí me encanta el yogur y el queso de leche de oveja, pero balar...¡no balo!

¿Bailamos?


Intangible

Intangible Cambios en el planeta natural. Amores luminosos, cariñitos pasajeros, que pasan por este mundo viajeros, peregrinos de Lo Inta...