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Premoniciones y paradojas


Premoniciones y paradojas


Hola amigos, luminosos deseos.

¿Alguna vez usted ha tenido premoniciones?

No tomar un tren o avión con el billete comprado, no acudir a una cita que se presumía interesante o dejar de seguir a una persona influyente, por ejemplo.

Mis abuelas decían: tener un palpito, pues en ocasiones puedes notar que tu corazón se acelera, como diciendo: evita eso.



¿Alguna vez soñó algo y tiempo después vio que ocurría?

¿Recibió una llamada o correo de un origen poco claro? Y resultó ser cierto.

Aunque cosas de ese tipo nunca le hayan ocurrido, aún, no le importe, ya le sucederá.

Con una Matriz cambiante estos sucesos extraños serán cada vez más comunes. Se producirán mas sincronicidades.



Pasado el momento álgido, del suceso raro, de la extrañeza, viene su contraparte: valle profundo y después vuelta a la marcha normal, el día a día.

Sentir desdén por la intuición y también por los impulsos que nos salen de lo más profundo no es propio de tipos cuerdos. Esos impulsos, que nos hacen salir de casa sin venir a cuento o a cambiar la ruta prevista, en ocasiones nos llevarán a momentos que nos harán gritar:

¡Eureka!



¿Recuerdan el caso del barco de Teseo?

Viajaba tanto el héroe y pasó por tantas vicisitudes, incluyendo el ir a Creta a matar al Minotauro o luchar contra las Amazonas y los Centauros, mano a mano con Heracles, que tuvieron que ir reponiendo piezas del barco, una tras otra.

De modo que con el paso de los años no había ni una tabla que fuera original.

¿Se le podía seguir llamando el barco de Teseo?

Es una buena paradoja, pues con el paso de los años nuestro cuerpo se va renovando, sin que nos quede ni un hueso de cuando éramos niños.

Me parece una buena pregunta para esas personas a las que les atrae el Transhumanismo.





Esclavos en patinete y farsantes influyentes


Esclavos en patinete y farsantes influyentes


Hola amigos, otra comunicación más. De buena fe.

¿Sabe usted lo que necesita para seguir adelante?

Una buena idea, que a mi me funciona, es la de no seguir a esas personalidades falsas creadas por los medios de comunicación y las redes sociales.

Siempre utilizan palabras extranjeras para referirse a esos entes utilizados para el control mental de las masas humanas.

No me refiero a los políticos, tipos bochornosos, sino a esos seres a los que se les atribuye “influencia”. Su imagen suele estar muy bien cuidada y tienen muchos seguidores, pero siembran mucha cizaña; a mi modo de ver.



Para mí son como la gripe; la rechazo, procuro no verme expuesto a ella.

¿Y usted?

La vida salvaje se mueve por sucesos, la humana por paradojas. Y casi nunca nos damos cuenta.

Un ejemplo: Cuando me da por pensar suelo hacerlo en cosas de comer.

¿Usted también?

Vencido estoy, de bruces caído, ante lo malas que son las costumbres culinarias de nuestros jóvenes; jenízaros, filibusteros, no sé que llamarles, ¡ahora comen en la barra del bar!

Pronto lo harán sentados en el suelo del local.



Anímense a practicar el noble arte de hacer tortilla española, cada uno al estilo de su región.

A mí me gusta con cebolla, pimientos y chorizo, ¡picantes! Sí, vale hay que añadirle huevos y patatas.

Animen a esos jóvenes ni-ni, que hagan ellos algo por si mismo en vez de llamar por teléfono y que un esclavo en patinete les traiga comida a casa.

¿Serás capaz de hacer una tortilla española?


Socrates y la paradoja

 


Sócrates y la paradoja.

Un tipo muy curioso que animaba a sus discípulos a pensar por sí mismos. A salirse de la Doja o conjunto de creencias socialmente aceptado (ahora lo llaman Matrix, pero es lo mismo) y pensar desde fuera de esa "caja". 

Ser para-dójicos.

Tanto les hizo discernir que llegaron a la conclusión, ellos solos, que en Grecia ya no quedaban dioses. Los habría en tiempos de Aquiles y Odiseo, seguro que en los tiempos de Heracles, pero en sus días no.


Enteradas las autoridades de Atenas, que no tenía nada de democrática, del caso le dieron a elegir: o Doja u ostracismo. O aceptas nuestro maravilloso modo de vida o te largas de la ciudad con tu cabecita a otra parte.

Sócrates eligió la cicuta.

Era el hombre más sabio de su época, y de varias otras que vinieron detrás. Pero se ganaba más con los templos y el fabuloso negocio que representaban. 

Intangible

Intangible Cambios en el planeta natural. Amores luminosos, cariñitos pasajeros, que pasan por este mundo viajeros, peregrinos de Lo Inta...