Esclavos en patinete y farsantes influyentes
Hola amigos, otra comunicación más. De buena fe.
¿Sabe usted lo que necesita para seguir adelante?
Una buena idea, que a mi me funciona, es la de no seguir a esas personalidades falsas creadas por los medios de comunicación y las redes sociales.
Siempre utilizan palabras extranjeras para referirse a esos entes utilizados para el control mental de las masas humanas.
No me refiero a los políticos, tipos bochornosos, sino a esos seres a los que se les atribuye “influencia”. Su imagen suele estar muy bien cuidada y tienen muchos seguidores, pero siembran mucha cizaña; a mi modo de ver.
Para mí son como la gripe; la rechazo, procuro no verme expuesto a ella.
¿Y usted?
La vida salvaje se mueve por sucesos, la humana por paradojas. Y casi nunca nos damos cuenta.
Un ejemplo: Cuando me da por pensar suelo hacerlo en cosas de comer.
¿Usted también?
Vencido estoy, de bruces caído, ante lo malas que son las costumbres culinarias de nuestros jóvenes; jenízaros, filibusteros, no sé que llamarles, ¡ahora comen en la barra del bar!
Pronto lo harán sentados en el suelo del local.
Anímense a practicar el noble arte de hacer tortilla española, cada uno al estilo de su región.
A mí me gusta con cebolla, pimientos y chorizo, ¡picantes! Sí, vale hay que añadirle huevos y patatas.
Animen a esos jóvenes ni-ni, que hagan ellos algo por si mismo en vez de llamar por teléfono y que un esclavo en patinete les traiga comida a casa.
¿Serás capaz de hacer una tortilla española?
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