Bienvenidos al primer capítulo de la serie Ciencia sin conciencia.
Les hablo sobre el origen de la vida, nada que no venga en los libros de texto de cualquier lugar del planeta.
Orden en el caos.
Yo afirmo que estando bien todo lo que se conoce hoy día nuestro conocimiento es incompleto, y a menudo inexacto.
Nos muestra los efectos pero no las causas de la multiplicidad de la vida, orgánica e inorgánica.
Personalmente me parece que el que mejor se aproximó a este asunto fue W. Reich, siquiatra vienés, con sus experimentos sobre lo que denominó Energía Orgónica. Desgraciadamente hizo experimentos con residuos nucleares y la energía atómica interactuó con la orgónica. Su laboratorio se llenó de un polvo extraño que enfermó gravemente a sus empleados.
Estaba palpando con sus dedos, el polvo, a las partículas orgónicas, de tamaño inferior al nanómetro, pero transformadas y apiladas por el contacto con la energía nuclear.
Fue condenado y falleció entre rejas.
Un caso claro de ciencia sin conciencia.
Energía que se convierte en materia que se transforma en vida...
¿Lo pasa usted a creer?
Ya haré más capítulos, para su complacencia.
