Dar la callada por respuesta
Hola mis inestimables vecinos, sí, vecinos, pues vecinos somos todos en este planeta, ¿verdad?
Acogedores.
La curiosidad y las ganas de divertirse pueden ser dos buenos motores para avanzar como seres humanos. Sobretodo si van acompañados de la discreción. No tiene uno porqué contar sus logros; por lo general a casi nadie le van a interesar, y con que den su aprobación será suficiente; si no lo dicen no importa, valdrá su callada por respuesta.
No pierda usted nunca su independencia, la que haya podido conseguir. Evite la impaciencia; como si no corriera el tiempo. El Tiempo; están sucediendo unos “finales de los tiempos” de unos años para acá, ¡y ni nos enteramos! Mundos alternativos, vidas paralelas, que desaparecen de la noche a la mañana. Como a nosotros no nos ha tocado, por el momento, se lo puedo indicar.
Aproveche cada día como un regalo de Dios.
El número de la cabra.
Son recuerdos de cuando era niño, en el barrio de Las Ventas de Nava. Con el gitano tocando la trompeta y la gitana la pandereta y bailando, sí. El caso es que la cabra subía la escalera y giraba en lo alto... ¡Magnífico!
¿Usted nunca se ha sentido así? Como girando y girando...
Tener que estar escuchando una tontería tras otra y aún así sonreír.
¿Qué les sucede? ¿Nunca se miran al espejo? Aunque sea el reflejo en una ventana, algo...
Solo repiten como loros lo que les han programado, ¿no se dan cuenta?
No es que les hayan “lavado el cerebro” (qué más quisieran) es que lo tienen lleno de creencias e ideas que les introdujeron de niños, sí, a la mayoría de nosotros. Es por ello que tenemos esos comportamientos de rebaño, de hormiguero.
Sean ya conscientes de su programación, mis encantadores vecinos, y feliz Noche Buena.
Disfruten, tal vez sea la última.