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El oro


El oro


¿Es un valor tangible o un engaño persistente? Los especuladores son extraordinariamente convincentes y aunque en los cuatro meses que llevamos de año nuevo han sucedido muchas cosas siguen con la matraca del valor del oro y otras cosas... tangibles. Cereales, carne, tierras raras, el agua incluso pues se puede vender en cubitos.

¿No les parece que han cambiado a los perros pero siguen con las mismas carranclas?

Llueve sobre mojado en estos temas, las cosas se ponen feas, a propósito, y la gente, asustada, se agarra a las cosas tangibles, que puedan guardar bajo el colchón, en el canapé entre las mantas, ¿y qué mejor que el oro? En lingotes o monedas.

Una y otra vez nos insisten con las cosas materiales, y yo sigo siendo un chico muy material, y sino que le pregunten a mi esposa.

Se lo contaré de otra manera: Mientras usted trabaja y se mata por conseguir cosas materiales, valores tangibles, los ricos no dejan de ver crecer sus cuentas de resultados, intangibles, ¿se comprende, verdad?



Ustedes a lo material, pobres, los ricos a lo inmaterial; van por la calle sin reloj, sin teléfono, sin...

para eso están ustedes, sus siervos, miserables.

¿Quiere vuecencia que le lleve las maletas? No tengo mayor problema, yo he pasado por eso; se de lo que estoy hablando.



Ya los antiguos griegos inventaron palabras, conceptos, para nombrar la ignominia: Política, Tiranía, y otras. El oro que robaban a otros pueblos del Mediterráneo se lo jugaban a los chinos, solo que lo hacían con las muelas de los caídos en la batalla, usaban unas tenazas especiales para arrancárselas. Y se hicieron muy ricos, tan solo trabajaban los esclavos en los tiempos de Socrates.



Son transitorios los valores tangibles, tanto como La Fortuna, así pues usted no se mate por conseguirlos.

Incluso la vida es transitoria, mutable, no se agobie usted, vecino. Procure evitar que le tengan todo el día controlado, con esos sofisticados sistemas actuales; no consienta que le obliguen a llevar todo el día el teléfono encima; ya nos impusieron el DNI en la posguerra, en tiempos de Franco, no vayamos a peor. Que ahora tenemos un gobierno de... progreso...

Sobretodo evite el escaneo de su cara y pero aún más de sus ojos; ponga cualquier escusa plausible para evitarlo.


El oro, un engaño persistente


El oro, un engaño persistente


Hola de nuevo y sigo persistiendo en aclarar este engaño mayúsculo.

El porqué y el para qué ciertos seres se empeñan en acumular oro en grandes cantidades.

Con el oro que se habían guardado los tiranos de Grecia el gran Alejandro de Macedonia pudo pagar a sus falanges y conquistar un imperio en Asia y África. Con el oro que consiguieron a mayores vivieron muy bien sus generales y sus sucesores.

¡Oro! ¡Más oro! Mas posesiones terrenales.



Otro tipo que entendió muy bien de qué iba la Matriz fue Julio César. En cuanto le fue posible invadió la Gallaecia (actual Galicia) y con el oro de los galaicos pudo pagar a sus legiones e invadir La Galia. Poco después se convirtió en el tirano de Roma, César Imperial.



También lo entendió muy bien su sobrino Octaviano. En cuanto pudo mandó invadir Cantabria y quedarse con su sal, y después las Asturias para quedarse con el oro de los naturales del territorio.

Por ello fue declarado Augusto, Divino Júpiter encarnado.



Desde La Coruña hasta el río Jordán nadie se atrevía a hacerle sombra. Sus sucesores se limitaron a vivir del oro y la sal que sacaban de Hispania. Incluso los llamados Emperadores Hispanos.

Cuando el Monte Teleno no dio más de sí el imperio romano se derrumbó como un castillo de naipes; no tenían oro con que pagar a sus pueblos federados: los godos.

Y por lo demás, y en mi opinión... bueno, lo de siempre.



Lo que yo les cuento les parecerá insustancial, como diría don Miguel de Unamuno, ¿verdad?

¿Cuánto oro tienen ustedes? En su casa. Es un mineral, bien cierto, algo material, pero hay otro tipo de ¿oro?, que es inmaterial y mucho mas persistente, pues no es un engaño y que enriquece al Alma.

Busquen ese oro, eviten a los tiranos y no se arrepentirán jamás.


Añoranzas


Añoranzas


Hola, hola, pajaritos sin cola, ¿qué tal están?

En ocasiones yo también tengo añoranzas de la vieja Matriz 3D, que se está desmoronando.

Los alquimistas, ¿les suena ese nombre? Con sus retortas siempre calientes buscando conseguir el Vitriolo. O buscando por los montes la Fuente de la Eterna Juventud.



¿Convertir el plomo en oro?

Eso era para complacer a las Casas Comerciales, siempre ávidas de más y más riquezas, palacios cada vez más grandes.

La verdadera riqueza es la sabiduría, y no se puede guardar en anillos y talismanes, en cosas materiales. La Sofía es libre como el viento.

Se supone que la práctica alquímica se inició en el Egipto Helénico y no desapareció tras la caída de Cleopatra, sino que pasó a Europa. Básicamente: eran personas que se pasaban los días fundiendo metales y haciendo artesanías con ellos, lo demás son cuentos y bisutería.

El oro era el material mas apreciado por los Reyes de Egipto; sus sucesores romanos y bárbaros siguieron con la misma fascinación.



¡Más oro, chacho!

Pulseras, pendientes, cadenas, brazaletes, de todo. Los alquimistas, los auténticos, ya intuían que todo lo percibido está compuesto por dos cosas: materia y espíritu. Calentando el asunto, y sus cabezas también (de tanto discurrir) llegaron a conseguir los “licores espirituosos”, o sea el glorioso Aguardiente. Con hierbas del campo puede llegar a ser algo genial.

¿No les parece?



No dieron con el Vitriolo, los viejos alquimistas, pero sí con el vidrio para transportar los espirituosos. ¿Apetece un chupito? Pero después de comer, ¿de acuerdo? Nada con el estómago vacío.

Con este invento consiguieron que muchos farsantes, espagiristas nada más, resbalasen sobre la Piedra Filosofal, y se dieran unos buenos castañazos. No eran pájaros sin cola y no sabían comunicarse entre ellos sin hablar y escribir.



Hoy día tenemos oro por todas partes, está en casi todos los aparatos electrónicos que utilizamos, pero la sabiduría escasea como nunca. ¿Porqué será mis materialistas amigos?


El oro y la evolución humana


El oro y la evolución humana.


¿Qué tal paisanos? ¿A limonadas andamos? Sigo con el tema evolutivo.

¿Recuerdan lo que les conté de la evolución estelar? La tabla periódica de elementos químicos no para de crecer. Pero... ¡qué hedor extraño desprende eso que llamamos Luna! ¿Verdad?



¿Y nosotros? Los minúsculos, a su lado, seres humanos, biológicos y todo eso, ¿hasta dónde podemos llegar evolucionando? Pues si en todo ha de haber un orden y un límite: ¿Cuál es el sentido y límite de los seres vivos en este mundo?

Hasta el elemento químico que llamamos oro podríamos llegar, pues más allá está el plomo que nos resulta venenoso a todas las formas de vida de este planeta.

Nuestra biología tiene esa limitación y por ello nos dañan tanto las radiaciones, especialmente las ionizantes.



Nosotros tenemos algo de hierro en la sangre y músculos, tenemos nuestro electromagnetismo particular, pero mejor no meter los dedos en un enchufe, ¿de acuerdo?

Los alquimistas jugaron durante siglos con el oro para intentar conseguir medicinas, pero no resultó pues nuestro cuerpo tan solo acepta cantidades ínfimas de ese mineral.



He leído algo sobre lo que denominan oro mono-atómico, una cosa rara, que se ha encontrado en tumbas de reyes de Egipto como ofrenda, en alimentos para los dioses. Pero para los humanos de este mundo no es factible como algo comestible; no lo digerimos ni asimilamos.

Los egipcios de ciertas dinastías hacían un “pan de oro” moliendo el material y añadiendo ciertas cantidades para sus reyes. Pero es que Osiris y compañía no eran de este mundo...

De todos modos algo raro debió ocurrir en aquella época pues la gente se puso como loca a buscar oro y cargar con él Nilo arriba y abajo.

Cuanto más rico y poderoso el personaje más oro cargaba encima en todo tipo de abalorios, coronas y demás cachivaches. Para parecerse a los señores de las estrellas.

Y ese modo de proceder se extendió desde Egipto a todas partes. No solo los reyes y sus palacios, también los templos se llenaron de oro, o plata en su defecto.

Actualmente el oro se utiliza en ingeniería, electrónica de alta precisión y microinformática, por sus buenas cualidades en la transmisión de la energía y la información. En cierto modo se puede decir que vivimos en La Edad de Oro, ¡sí!

Piénselo cada vez que utilice su teléfono u ordenador.



¿Se puede ir más allá del oro?

¡Hacia La Luz!

Pero entonces nos vamos saliendo de lo biológico. A lo electromagnético. Sí.

Un ejemplo: la fibra óptica. Tiene cualidades muy superiores al oro mas puro pues puede transmitir con un menor gasto de energía y de pérdidas de información. Es uno de esos “inventos causales” que han ido cambiando nuestra civilización a pasos agigantados.

Y más modernamente otro “invento causal” está produciendo cambios aún más acelerados, pero no quiero sacarle punta al lapicero y largar velas mientras no tornen los vientos.

Pensar en este asunto me produce sopor, y yo no estoy por esa labor.

Mejor me apuntaría a una academia de bailes de salón y aprender a bailar Rigodón con mi esposa.

Que hay que saber nadar y guardar la ropa...


Hasta la próxima, amigos.




Intangible

Intangible Cambios en el planeta natural. Amores luminosos, cariñitos pasajeros, que pasan por este mundo viajeros, peregrinos de Lo Inta...