El oro, un engaño persistente
Hola de nuevo y sigo persistiendo en aclarar este engaño mayúsculo.
El porqué y el para qué ciertos seres se empeñan en acumular oro en grandes cantidades.
Con el oro que se habían guardado los tiranos de Grecia el gran Alejandro de Macedonia pudo pagar a sus falanges y conquistar un imperio en Asia y África. Con el oro que consiguieron a mayores vivieron muy bien sus generales y sus sucesores.
¡Oro! ¡Más oro! Mas posesiones terrenales.
Otro tipo que entendió muy bien de qué iba la Matriz fue Julio César. En cuanto le fue posible invadió la Gallaecia (actual Galicia) y con el oro de los galaicos pudo pagar a sus legiones e invadir La Galia. Poco después se convirtió en el tirano de Roma, César Imperial.
También lo entendió muy bien su sobrino Octaviano. En cuanto pudo mandó invadir Cantabria y quedarse con su sal, y después las Asturias para quedarse con el oro de los naturales del territorio.
Por ello fue declarado Augusto, Divino Júpiter encarnado.
Desde La Coruña hasta el río Jordán nadie se atrevía a hacerle sombra. Sus sucesores se limitaron a vivir del oro y la sal que sacaban de Hispania. Incluso los llamados Emperadores Hispanos.
Cuando el Monte Teleno no dio más de sí el imperio romano se derrumbó como un castillo de naipes; no tenían oro con que pagar a sus pueblos federados: los godos.
Y por lo demás, y en mi opinión... bueno, lo de siempre.
Lo que yo les cuento les parecerá insustancial, como diría don Miguel de Unamuno, ¿verdad?
¿Cuánto oro tienen ustedes? En su casa. Es un mineral, bien cierto, algo material, pero hay otro tipo de ¿oro?, que es inmaterial y mucho mas persistente, pues no es un engaño y que enriquece al Alma.
Busquen ese oro, eviten a los tiranos y no se arrepentirán jamás.
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