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Hola amigos, ¿Qué tal va todo? ¿vale todo? Vaya mundo este...
¿Están con los nervios a flor de piel? Las noticias son escabrosas en estos días, bien cierto.
Cambiemos de tema: ¿Qué es lo que llamamos Tiempo? ¿no será el Escenario?
Cuando se pasa de una Vía o Campo temporal a otro te puedes quedar sin todo lo que tenías en la anterior.
Tan solo permanece el “yo soy”; incluso puedes cambiar algo de aspecto. Pero ese “yo” tendrá que adaptarse al nuevo escenario terrestre, casi como si hubiese cambiado de planeta, ¡sin haber partido de este!
Esto es algo que a alguna persona le puede suceder.
Tan solo vale aquello para lo que sirves, lo que realmente sabes, en conciencia. Seguramente no puedas cargar con nada más. Como si hubieras fallecido, dejando atrás tu cuerpo carnal y el escenario: tu hogar, barrio, pueblo, en el cual vivías.
Antes del Principio no había movimiento, no había escenario, faltaba el Tiempo.
Tan solo la conciencia, ese “yo soy”, pasa de un Campo, un territorio, un escenario, a otro, ¡a otro tiempo! Decir El Final de los Tiempos es similar al final de las vidas, del movimiento. Quedarse quieto.
Tan solo estoy rascando la piel de este asunto.
Mírese usted, está ahí, en su hogar, ¿se siente como un rey en su sofá viendo esos infames programas televisivos? ¿no escucha el afilar de las dagas, rey mío? Tome ya medidas drásticas y póngase un chaleco antibalas si vienen a verle... los cuñados, por ejemplo.
Es un consejo de Julio, César, que no hizo caso en su día y no se puso algo parecido para ir a ver a su pandilla una mañana, ¿pero si solo íbamos a alternar un poco! Unas jarras de vino y tal.
¿Nota usted olor a azufre en el ambiente? Seguramente son las cuñadas que vienen a verle, ¡atención! ¿Tiene ajos en casa? ¿no? Pues vaya corriendo a la plaza y compre unas cuantas ristras. La primera en la puerta de casa, directamente, y otras en los dormitorios.
Mano de santo, ni los osos cantábricos resisten ese olor.
Las cuñadas seguramente tampoco.