Enanitos


Enanitos


Hola amigos, feliz día.

Como estoy repasando mi libro Alegre buscador y os comento alguna cosa que les ha llamado la atención.

Insisto bastante tanto en lo espiritual como en lo material, y cómo están de mezcladas estas cosas en la Matriz 3D; y también cómo están de enredados tanto lo natural como lo artificial; cada día es más difícil de distinguir lo uno de lo otro.

Por ello insisto mucho en alcanzar la claridad, claridad interior que es accesible incluso para los invidentes.



Una vez que ya se tiene algo se comienza a ver una serie de confusiones, por ejemplo la tan cacareada división entre ciencia y religión, son dos patas de la misma mesa.

¿Confusiones? Por ejemplo en los templos, en oriente llenos de imágenes de budas y dioses, que no se parecen en nada a los seres que las inspiraron. ¡Esos budas gorditos! Pero si Gautama era flacucho...

En occidente tenemos las imágenes, sobre todo barrocas, que llenan los templos...

Cuadros y esculturas dedicadas a San Salvador y Santa María, ¡que no se parecen en nada a los verdaderos! Son estupendas obras de arte pero muy lejos de la realidad, ¡esos Cristos rubios y barbudos!

En la ciencia es más de lo mismo, seguimos con las Leyes de Newton y poco más. Casi nadie entiende la Relatividad de Einstein, con lo sencilla que es...

Y la tontería de que ¡estamos solos en el universo!

Es que no tenemos pruebas de la existencia de...



La prueba son ustedes, mírense al espejo un minuto seguido.

Las gentes actuales somos el sumatorio de gentes llegadas en diferentes momentos, eventos, a este mundo en los últimos 12.000 años. Y con diferentes orígenes estelares. Medite usted sobre las diferencias entre los esquimales y los bosquimanos, entre semitas y nórdicos, entre chinos e hindúes, entre...



Los españoles tendemos a mirar al norte, hacia esas constelaciones, los naturales de Chile, los araucanos, hacia el sur, la Cruz del Sur, y eso es por algo.

¿Quienes somos y de dónde venimos? De ahí, sí, de ahí a donde puedes mirar cada noche.

¿Qué más pruebas quieres? ¿Unos enanitos saliendo de unos... platitillitos?

Para enanitos ya tenemos a nuestros políticos, ¿verdad?

A cuidarse.


Solaris, de Stanislav Lem

 


Solaris, de Stanislav Lem


Novela publicada en el año 1961


El cosmonauta Kelvin llega a la Estación Espacial Solaris que levita sobre el planeta de ese nombre.

Un lugar cercano a la estrella Alfa de Acuario que gira en una extraña órbita entre dos estrellas. Cuando Kelvin se desprende de su traje espacial al primer compañero que se encuentra lo pilla borracho, ¿qué está pasando aquí?

Solaris orbita con entre las dos estrellas con una traza imposible según las Leyes de Newton, además su superficie es un océano salpicado de pequeñas islas. Ese extraño océano, de un líquido que no es agua como la de La Tierra, recubre el mundo como la capa externa, una membrana, de una célula. ¿Qué misterio es este?



¿Estará vivo?, ¿será consciente?

No para de formar imágenes en su superficie acuosa que los expertos no saben a qué atribuir.

Cuando mas centrado y concentrado se haya Kelvin en el estudio del planeta comienza a notar una ¿presencia? Como que alguien le observase.

Pronto descubrirá que los tres científicos que viven en la Estación, el cuarto se suicidó antes de que Kelvin llegara, reciben... visitas.

Pero como el océano, piensa él, no es algo vivo, biológico, entonces el planeta no puede ser algo consciente...

Tan solo está rascando la piel de este asunto.



Stanislaw Lem es uno de mis autores favoritos, un gran maestro de la ciencia ficción, en este caso soviética, y tengo por casa varios libros suyos. Una gozada volver a leerlos.



En el año 1972 el director Andrei Tarkovsky realizó una gran película siendo muy fiel a la novela.

Los actores son ruskis y hablan bajito, no beben kefir, apenas algo de vino, pero la atmósfera creada por el director, en esa estación espacial, con esa gente que aparece y desaparece, y ese océano que parece que te observa...

Muy buena película, para mi gusto.

solaris


Mi visión del yoga


Mi visión del yoga


El yoga, tal y como yo conseguí aprender y de eso les hablo, es un intento de comprenderse mejor y descubrir el porqué de nuestras cosas. Para ello es necesario entrar en el interior de nuestro cerebro, que está blindado por el cráneo. Diferentes técnicas de meditación dan lugar a diferentes logros; lo importante es conseguir ir progresando capa tras capa hasta llegar a lo más profundo del cerebro.

Allí está El Observador.


¿Y qué observa? Pues que lo que denominamos mundo son una serie de capas superpuertas (hoy día lo llamamos dimensiones o densidades) El dharma son una serie de ¿mundos paralelos? Montados uno sobre otro al estilo de las madrecitas rusas. Normalmente solo vemos la del tercer tamaño (hay otras dos más pequeñas perceptibles y otras muchas, más grandes pero de tan sutil como son nos resultan imperceptibles)

El Tiempo es el mecanismo que le da cuerda al muñequito, el karma, para se mueva recorriendo territorios, el dharma.


El yoga bien entendido es aprender a darse cuenta, hacer una vida sana y evitar los conflictos; lo demás es gimnasia. Es la atención lo que cuenta, como bien explicaba Krishnamurti Jiddu. Yo he aprendido por mi cuenta y riesgos y hablo de mis descubrimientos. Ser consciente de en dónde tienes centrada la atención y actuar a partir de ello.

Así lo entiendo yo, cuídense, que son tiempos de cambios.





La muerte y la muchacha

La muerte y la muchacha Hay temas que casi nadie quiere tocar, incluso los escritores de fantasía y ciencia ficción. Uno de ellos es la m...