Mostrando entradas con la etiqueta El Observador. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta El Observador. Mostrar todas las entradas

De la sartén al fuego


De la sartén al fuego


Hay gente que está tan harta de su extraña vida que estaría por saltar, por tirarse, aunque sea por un barranco.

Yo les aconsejo que si lo intentan que sea en el modo espiritual, seco, pero que dejen al paisano tranquilo con su cervecita.



Hay diferentes saltos, en modo mental y por conciencia. Recuerdo que cuando era joven hice varios saltos para iniciarme en el asunto.

Viajando recuerdo ver un "túnel" formado por puertas luminosas que me conducía a otro campo, mundo, dimensión.

Así llegué a observar, por ejemplo en una ocasión, estructuras poligonales, edificios inmensos, mayores que la Ciudad Imperial de Pekín, por hacerse una idea. Pero sus puertas me estaban vedadas, aún en modo espiritual, volador.



Hice varios saltos de ese tipo por el Túnel de Las Puertas Luminosas, hasta que comprendí que el verdadero viaje, el más interesante, era a mi interior, a lo más profundo de mi cerebro. Llegué, después de varios intentos, a una sala, como de paredes de piedra y sin ventanas, donde permanecía impasible y sentado, en calzoncillos, a la manera hindú, sobre una gran caja El Observador.



Un tipo majo el que tenía en aquellos momentos de Residente. Más raro que un perro verde pero buen paisano, majete; se hartó de mis locuras y se fue mundo adelante con sus observaciones. Por ahí andará pues le da igual una etnia que otra, aunque eso sí prefiere las más "atrasadas" para su Viaje Espiritual; Camino le decía yo, y él: ¡corta ya con el rollo católico! Bien, lo llevábamos bien.

Después vinieron otros Residentes, secos, más o menos impasibles, y por ahí andarán. Seguramente en otros mundos.

Alguno me abrió los ojos sobre tipos como Pleroma, Espíritu Santo, y otros por el estilo. Buena gente en general.



En algún momento, estoy escribiendo de memoria y muchas de estas cosas pasaron hace más de 30 años, noté que ya no pasaba por el Túnel de Puertas, como que ya no lo necesitaba, y los viajes de mi conciencia fueron a mayores distancias en el tiempo-espacio (donde hay movimiento) hasta salirme de él.

A Donde Siempre Es Ahora y Su Luz Su Mirada.

Por ello mi consejo, no de ahora sino desde hace 30 tacos, a los hartos es: si quiere saltar hágalo pero con su espíritu. Ya descubrirá usted en algún momento que Dios siempre está con nosotros y que lo demás son cuentos.

Se lo dice un... cuentista, que ha tenido muchas discusiones con ateos, ciegos creyentes en la tontería reinante en su pueblo y mundo. Hay mucha gente buena por ahí fuera; el caso es no desesperar hasta dar con ellos, porque lo que viene y anda por aquí... Contados con los dedos de las manos pasarían la criba.



Durante milenios millones de almas venidas de cualquier lugar del universo encarnaron en este mundo para interiorizar en la materia, en lo más denso, en la tierra. Yo hice el Camino contrario: salir al éter cósmico y seguir ascendiendo hasta donde pudiera. No hay mas misterio en mi persona ni en lo que cuento; para mí no es un cuento de buenos y malos:unos suben y otros bajan.

Las vacas que entran por las que salen.



Mi visión del yoga


Mi visión del yoga


El yoga, tal y como yo conseguí aprender y de eso les hablo, es un intento de comprenderse mejor y descubrir el porqué de nuestras cosas. Para ello es necesario entrar en el interior de nuestro cerebro, que está blindado por el cráneo. Diferentes técnicas de meditación dan lugar a diferentes logros; lo importante es conseguir ir progresando capa tras capa hasta llegar a lo más profundo del cerebro.

Allí está El Observador.


¿Y qué observa? Pues que lo que denominamos mundo son una serie de capas superpuertas (hoy día lo llamamos dimensiones o densidades) El dharma son una serie de ¿mundos paralelos? Montados uno sobre otro al estilo de las madrecitas rusas. Normalmente solo vemos la del tercer tamaño (hay otras dos más pequeñas perceptibles y otras muchas, más grandes pero de tan sutil como son nos resultan imperceptibles)

El Tiempo es el mecanismo que le da cuerda al muñequito, el karma, para se mueva recorriendo territorios, el dharma.


El yoga bien entendido es aprender a darse cuenta, hacer una vida sana y evitar los conflictos; lo demás es gimnasia. Es la atención lo que cuenta, como bien explicaba Krishnamurti Jiddu. Yo he aprendido por mi cuenta y riesgos y hablo de mis descubrimientos. Ser consciente de en dónde tienes centrada la atención y actuar a partir de ello.

Así lo entiendo yo, cuídense, que son tiempos de cambios.





Intangible

Intangible Cambios en el planeta natural. Amores luminosos, cariñitos pasajeros, que pasan por este mundo viajeros, peregrinos de Lo Inta...