Camino de Santiago 2.011. De Ponferrada a Fonfría

 


Continuo subiendo al blog fotos de recuerdo de mi recorrido por el Camino de Santiago Francés en el verano de 2011. Tras una noche muy movida en el albergue de Ponferrada tocaba seguir caminando una nueva etapa. Había mucha gente aquel verano y un ambiente fenomenal por todas partes.


Al llegar a Cacabelos hago la parada preceptiva en La Moncloa de San Lázaro, a tomar un blanco y recordar viejos tiempos. 



Al pasar por Pieros paré a saludar en el albergue de peregrinos El Serval y La Luna. Una pareja encantadora lo llevaba y ya había estado allí varias veces, incluso dando de comer a las palomas en el desván. Años más tarde el albergue ardió y la pareja tuvo que abandonarlo. Ahora tengo entendido que lo llevan la Asociación Peregrinas por La Tierra. 



Sigo por la carretera con un par de brasileños, que andan muy bien, y por el desvío pasamos por la finca del escultor Nogueira y paramos un poco a ver sus curiosas esculturas.



Y ya de tirón, es cuesta abajo, llegamos a Villafranca del Bierzo. ¡Un blanco godello!
Mejor pon dos, que el primero es para quitar la sed.
Me quedo a reposar en el por entonces novedoso albergue Viña Femita. Lo llevaba una señora, no recuerdo su nombre, y su hija, muy amables. Por la noche, cuando los niños estaban acostados y roncando me quedé con ellas en la cocina tomando chupitos de orujo de café y charlando de cosas del Camino. Meses después un incendio en esa cocina arrasó con el edificio, no sé si cambiaron de dueño o son las mismas. 





A la mañana siguiente toca un buen tramo de carretera y al llegar a Trabadelo me alcanzan los chicos de Corea del Sur, con los monopatines y todo eso. ¡Qué donde me había metido en Villafranca! que me habían buscado y no encontrado. Es que está uno mayor y tal y tal... Pues anda que no conozco yo sitios en Villafranca del Bierzo.

Hice una parada estratégica en un bar de la calle principal para dejarlos pasar y así seguir a mi paso, cansino como el de los bueyes aquel día. ¿Sería por los chupitos?



Otro poco más y pasamos por La Portela de Valcarce.


Apenas paro lo justo para tomar un refresco en Vega de Valcarce y sigo caminando que me queda mucho para subir al Santuario del Cebrero.


Pero al acercarme a Ruitelán unos pinchazos tremendos en una pierna me indican que mejor que busque refugio y cuanto antes.



¿Hay sitio en el albergue? ¿Cómo no va a haber si eres el primero en parar aquí?
Les explico mi problema y enseguida se hacen cargo del asunto. Una ducha rápida y a bajar al arroyo a meter los pies en el agua. Que no vuelva hasta la hora de la comida.
Si uno no es mal cocinero el otro es un estupendo fisio, ¡incluso me aplicó Reiki! para que yo mejorase cuanto antes. El caso es que después de cenar estuvimos en el bar cercano tomando chupitos y ba, ba, ba, lo de tu pierna no es nada, ¿verdad?




Tan buen arreglo me debieron hacer que subí como un chaval al Cebrero, parada en el santuario a sellar la credencial.


También parar un rato a charlar con el hospitalero del gran albergue y preguntar cómo están las cosas por Galicia. Mogollón, de aquí en adelante lo que hay es un mogollón de gente que... ya verás, ya.




La típica parada en el Alto de San Roque para hacerse una foto. El calor y la humedad ya se dejaba notar y la gente, incluso a pie, más parecía que estuvieran haciendo una etapa de La Vuelta a España.




Paso por Hospital de la Condesa y de ahí al Alto de Poio. Calienta el sol de lo lindo en Galicia.


El caso es que al llegar a Fonfría encontramos abierto un albergue que estaba de paquete, recién inaugurado. Iba con un peregrino mallorquín y como que vendría bien comer un buen menú, ¿verdad? Y de paso dejamos que los pies se aireen un poco.


El caso es que se comía bastante bien así que yo decido quedarme en Fonfría, bajar a estas horas hasta Triacastela te arriesgas a llegar y que esté todo completo y tengas que seguir caminando hasta no se sabe dónde. Siesta y a pasar la tarde.


A la cena los cuatros españoles, bien contados, que paramos en el lugar nos sentamos cerca para por lo menos entender lo que decimos. 
A Reboleira de Fonfría se llama el local y no ha parado de crecer y mejorar el servicio al peregrino. 

Otro día subiré la continuación hasta Sarria de aquel verano esplendoroso del año 2011.

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