Escribiendo a mano y pensando certero


Escribiendo a mano y pensando certero


Estamos olvidando lo obvio: si queremos conseguir algo hemos de buscar en su opuesto.

¿Una vida carnal eterna? O al menos muy longeva, pues hay que buscar en la vida espiritual y sus constantes mutaciones hasta elevarse a lo inmaterial, lo atemporal. Tú, en tu conciencia, siempre serás tú aunque cambies de aspecto; de chico a chica solo cambia el cerebro. Bueno, y alguna cosita más. Colita y rajita, y bla, bla, bla...


Si usted quiere alcanzar El Cielo no le importe pasar por algunos infiernos, es algo temporal; El Cielo siempre esperará.

Me ha sucedido varias veces en las últimas semanas, en los bares del barrio, que me han llamado la atención por verme escribir en una libreta lo que se me pasaba por la cabeza. ¡A mano! ¡Escribe a mano!


Estoy por buscarme un punzón y unas tablillas de barro blandito. En fin, ha sido todas las veces en tono simpático y con caras sonrientes pero... ¿Qué quieren que les diga? Me hacen sentirme como un Velociraptor o algún otro bicho extinto. No me enfado pues paso la voz activa a pasiva, todos los días, en mis bares de siempre. Yo debería llamar la atención, sonriendo eso sí, cuando, en alguna ocasión, me encontrara algún cerebro pensando.


¡Impresionante demostración! Le felicito, vecino de este planeta o semilla estelar o lo que sea...

¿Quiere tomar otra ronda de lo que prefiera? Yo le convido.

Lo normal y de diario que me encuentro es que tan solo piensan las... camareras. Sonrientes.

(En como evitar que los madrileños les roben las cucharillas y tenedores de las tapas)

¿Y si les pusierais palillos como hacen los japoneses?


Cuando hay discrepancias en las observaciones mayor interés hay que poner para alcanzar una buena resolución en el tema que sea.

Estamos en tiempo de vendimia y de antiguo se sabe que no consigues un gran vino si no se pisan las mejores uvas. Y para eso hay que descalzarse, ¿están de acuerdo conmigo?.


Vidas perrunas


Vidas perrunas


Así es el dueño así su perro.

Cuanto mejor conozco a los hombres mas quiero a los perros. Cuando yo nací, en aquellos días, a mi padre le regalaron un recién nacido Perdiguero de Burgos. Mi madre nos crió a la par, un biberón para cada uno. Me trasunto que más de una vez me cambié el biberón con mi hermanito Chester. Vivió más de 17 años, bien cuidado y feliz, el orejotas.



Cuando un chucho está rabiado puede ser que esté infectado, por alguna bacteria o parásito intestinal, pero las más de las veces, en las ciudades, es porque el dueño está pirado. Y el perro se lleva, carga a cuestas, con lo más chungo de su amo.

Normalmente, cuando estoy en un mesón y entra alguien con perro enseguida el chucho se me viene a saludar, me acerca la cabeza para que le acaricie e incluso me pide lamerme las manos. Si no hacen eso, si no quieren jugar conmigo, ladrarme un poco, chungo el asunto; el dueño o dueña están casi seguro peor que un cantante de reguetón.


Un día, si alguno de ustedes quiere, hablamos de hasta qué punto está parasitado el género humano, y de cuantas cosas, biológicas y no biológicas. Y como todo eso convierte sus vidas en una majadería, en el mejor de los casos. Y dejo ya lo de los... ¡Ah, que no! Que tengo que ir a Sahagún a comer una buena parrillada de puerros en uno de mis mesones de toda la vida.



La lucha actual entre estados territoriales y corporaciones supranacionales, las Casas Comerciales, está muy activa. Las Casas utilizan a las llamadas O.N.G.; para sus fines lucrativos las "subvencionan" con ilimitadas cantidades de dinero; por algo son los dueños de los activos financieros. Será por financiación... Los estados actuales, a excepción de cuatro o cinco superpotencias, son impotentes contra ese montaje financiero, atrapados con deudas externas, y trufados de "activistas" manejados por Agencias...



¡Más cayucos! ¡Hagan sitio, hagan sitio!

El destino nos está alcanzando a gran velocidad, y la peña inmunizada se sigue sin enterar.

Mondo Cané, fané y descangayao, como un gallo despluao... cuanta verdad austral en unas pocas palabras...Volvamos al tango.

Una mirada benévola sobre este mundo sería verlo como la ruleta de un casino, la bolita sigue y sigue girando, ¡hagan sus apuestas, vecinos! Cada año ustedes son más, y más y más.


Muero por dentro, de Robert Silverberg

 


Muero por dentro, de Robert Silverberg


Novela publicada en el año 1972.

Selig, el protagonista, tiene un problema de conciencia: se lleva mal con ella, aunque es un completo dependiente de sus capacidades. Cuando está a tope este hombre es un portento pero cuando declina...

Ya tiene 41 años y sigue haciendo trabajos de estudiante universitario para ganar algo de dinero, así va tirando y tirando. Es un hombre sensitivo de marca mayor.

La novela nos retrata la vida en la ciudad de Nueva York en los años 60.

El es un fisgón, pone el radar interior y se entera de las vidas ajenas, sus penurias, pero apenas le saca beneficio al asunto.

Un día a su novia le da por tomar una pastilla LSD y como él se acopla a su conciencia el asunto le deja tan mal cuerpo que decide romper con ella. California no está hecha para tipos como él, hijos de jázaros emigrados a USA antes de comenzar la II Guerra Mundial. Prefiere vivir pateando La Gran Manzana.


Si está pasando usted por un episodio depresivo esta no es su novela. Silverberg tiene mucho y bueno que le vendrá mejor.

Una crónica estupenda en este enlace: muero por dentro


Aprovechemos el tiempo para aprender de una conciencia alienígena

Aprovechemos el tiempo para aprender de una conciencia alienígena Seguimos a vueltas con el extraño “cometa” que en estos días está entran...