Destaparse


Destaparse


Hola, hola, continuamos para bingo, amigos.

Vino de batalla y chuscos de batallón, ¿qué más necesitamos?

Igual un poco de jamón, que quita la depresión. ¿Cómo les va? Mis persistentes amigos.

¿Queda algún buey que poder sacrificar a un señor prepotente? La parrilla está encendida y no vamos a consentir que alguno nos haga de San Andrés. ¿Verdad?



¡Queremos chuletón! Que somos de León.

Estoy viendo a los parroquianos como melones de invierno, con la cabeza perdida. Van a terminar a este paso escogiendo lentejas; que no se les pase una que tenga... bicho.

Les queda por delante una vida insulsa, desanimada, es lo que observo viendo a los basureros trasegar. ¿Acaso quieren alcanzar de este modo un estado catatónico? Espabilar un poco. Un ejemplo...

A ver, figura, pregunta de examen: Vas a pasar una noche en la jungla y, bien, ¿cómo harías para convencer a un tigre que no te devore? ¿No...?

Pues llevando un pijama a rayas, ¡esto lo saben hasta los niños!



Pues claro, hombre, ¿no entiende usted que los chismes y las mentiras, las noticias falsas, son más viejas que comer con los dedos? Y todas nacieron de los... chistes.



Sí, de cuando Noé se bajo de la barca y le dijo a su esposa, ¿no queda vino en el arca? Tú mira bien que igual algo encuentras. Ni zumo de moras quedaba a bordo.

Era por darse un homenaje, el hombre, pero no le quedó otra que ponerse a plantar cepas.



Recuerden esto de mi cosecha: en la barra de un bar, tomando unos chatos, todos estamos a la misma altura; nadie es más que otro y las camareras nos observan. ¿Qué quieren de tapa?

Lo que toca ahora es destaparse, compadres, no me sean... torreznos. ¿Vale?



Los Rabadanes


Los Rabadanes


Hola amigos, por aquí seguimos, insistiendo cual gota malaya.

Los espabilados que nos pastorean, desde hace milenios, siempre han recurrido al miedo que las ovejas le tienen al lobo, y nos azuzan con sus perros, perros lobo, y el más lobo de todos: El Rabadán. Es muy listo, sí.

Y todavía le van a rezar y adorar bajo diferentes nombres. A estas alturas de la peli.



Ninguno lució tanto, eso cuentan, como Lucifer, y después se volvió oscuro, quemado, en su inútil lucha contra La Oscuridad y los designios superiores. Preferían observar la evolución de las Grandes Casas Comerciales.

Son lecciones del pasado, evitemos repetirlas.



No os queméis, corazones locos, y cuidar de vuestra alma peculiar; nunca dejéis de amar.

Los patos meten la cabeza bajo el agua, para comer; algunas personas que todavía transitan por este mundo deben de meter la cabeza bajo tierra, para no escuchar lo atroz que es su comportamiento.

Digo yo...



Poca gente es hoy día consciente del engaño mayúsculo que supone el dinero. Y cómo se fue perfeccionando con el paso de los siglos. Aparecieron las Letras de Cambio, eran algo escrito que hacían los escribas y utilizaban los templarios y los fariseos. Después aparecieron los billetes de banco. El papel, muy bonito y con imágenes de reyes y magnates, decía que el poseedor llevaba en su cartera ¿100 pesetas?, pero no cargaba ni con una suelta, metálica. Sí.



Y el truco de trileros funcionó, la gente tragó. ¿Porqué voy a cargar con 100 pelas si me sirve lo mismo un papelito? Y así hasta nuestros días, que han perfeccionado el engaño.

¿Dónde está la bolita?

Ahora las pelas van en una tarjeta o en el teléfono u ordenador del tipo que sea; pronto irán en una artesanía que usted llevará en el cuerpo.

Total, ¿para qué voy a cargar con el teléfono, verdad?



Un tonto hace cientos y esto lo saben muy bien los publicistas de las Casas Comerciales, y también que si la gente quiere tragar, comprar, un producto se lo quitarán de las manos. ¡Dinero digital!

Ya ni con papel tendrán que cargar los esclavos de esta modernidad actual.

Identificación digital, ¿se lo quiere usted perder?



¿Y cómo tienen el ojo? Me preguntan unas áulicas amistades, sobre los... besugos.

Pues depende...

¿Y de qué depende?

De como vayan cumpliendo con el calendario de prevención acromática así tendrán los ojos. En especial las chicas; los ojos, espejo del ánima, que veo en tantas mozas apagados por más que se maquillen estupendamente. Ojazos.

¿No se dan cuenta?



Si tiene usted por casa un billete de 50 pavos llévelo mañana a enmarcar.

En pocos años será una rareza, usted también, ¡sí!

Feliz día y disfrute usted con mi Fantasic-fi



El hombre en el castillo, de Philip K. Dick

 


El hombre en el castillo, de Philip K. Dick


Novela publicada en el año 1962 (Aún no habían asesinado a J. F. K.)


R. Childan tiene una tienda de antigüedades yanquis, falsas, en un Oeste Americano invadido por los nipones tras la segunda guerra mundial. Se gana la vida bastante bien vendiendo “cosas antiguas “ a los turistas japoneses. La suerte le sonríe y una joven pareja entra en su tienda buscando cosas más bien “singulares”. Son ricos de veras y él quedará para visitarles en su casa y aconsejarles en sus compras.

Frank Frink es un obrero judío que al rendirse los U.S.A., quedó atrapado en California. Escondió sus armas bajo tierra a la espera de tiempos mejores. Pero han pasado 14 años y estos siguen sin llegar. Mientras los astronautas alemanes juegan al fútbol en el planeta Marte los japoneses siguen empeñados en educar, instruir, a toda Hispanoamérica (incluso a los indios del Amazonas)

Para cuando quieran lanzar un satélite artificial los alemanes estarán en las lunas de Saturno.



Frink tiene un secreto: un ejemplar del Libro de los cambios, las Mutaciones, el I Ching. Y sabe cómo consultar el oráculo echando las varillas de milenrama.

Un buen augurio viene en su ayuda durante una situación apurada. Sueña con recuperar a Juliana, su esposa, de origen español, y de armas tomar. Es como María Pita, Agustina de Aragón, es profesora de artes marciales y … terriblemente peligrosa. Se ha ido a la zona neutral, el Cinturón de la Biblia a vivir, a su manera.

Otro que también consulta el oráculo es don Nobosuke Takomi, jefe de la Delegación Comercial del Imperio del Sol Naciente en América. Está esperando la llegada de un diplomático sueco (un espía seguramente) Mal pronóstico.



El doctor Goebels comenzó su carrera pública como... escritor de novelas, y a la muerte de Martin Borman será el nuevo canciller alemán. ¿Qué será entonces del mundo?

El poder de evocación que tienen las novelas sobre el cerebro de los lectores no ha sido superado hasta nuestros días como maíz para la granja humana. Ahora los relatos los escriben las I.A.

Los Estados Unidos del Pacífico, como ellos le dicen, es el país de las falsificaciones y copias de copias y Frink tendrá una idea luminosa: triunfar haciendo y vendiendo auténticas piezas de artesanía. Las suyas.

Y una de ellas producirá un final insólito de esta distópica novela.



No es la mejor obra de Dick pero le dio un cierto renombre de escritor distinto, con talento.

Plantea dos inquietantes ideas: la primera es ¿son los libros producidos por los hombres o es al revés? Sin libros no hay humanidad que se pueda tomar por tal.

Y la segunda: ¿existen otros mundos, paralelos, y todos están aquí, en este? En uno los victoriosos alemanes están conquistando el sistema solar, en otro los ruskis y yankis aún no han conseguido llevar un hombre a La Luna. Y en otro …

Viva la ciencia ficción.


Intangible

Intangible Cambios en el planeta natural. Amores luminosos, cariñitos pasajeros, que pasan por este mundo viajeros, peregrinos de Lo Inta...