Partículas elementales, el universo bajo la densidad cero


Partículas subatómicas, el universo bajo la densidad cero



Hola, amigos, bienvenidos a un nuevo programa de Ciencia sin Conciencia. ¿Qué tal?

Si consideramos la densidad cero en los átomos, ¿Qué hay por debajo? Los quarks, nos dicen, ¿Y qué existe por debajo del tamaño de los quarks?

Bien, por encima del cero estamos nosotros, ¡menos mal! Y también los planetas y las estrellas; que los hay gigantes y enanas. Con los átomos hay similitudes, no son idénticos pues cambia el número de componentes, ¡como en las estrellas! Diferenciamos estrellas de agujeros negros si emiten o absorben radiación y materia. ¿Qué ocurre en el interior de los átomos?



Bueno, la ciencia actual nos refiere al Nucleón, que puede ser protón o neutrón. Un neutrón puede soltar un electrón y convertirse en protón. A su vez un protón puede emitir un positrón y quedar como neutrón. Es una cuestión de polaridades, y solo estamos rascando la piel de la cebolla.

Hoy día se conocen muchas partículas elementales, es todo un jardín; tenemos muones, tauones, mesones, hiperiones, bosones, ¡la monda! Busquemos profundizar en este asunto.

A cada partícula le corresponde su anti-partícula, teóricamente, es una cuestión de carga eléctrica, pero, ¡atención! Si se encuentran una y su contraria ¡se aniquilan!

¿A qué nos suena eso? Se llegó a imaginar las partículas elementales como picosingularidades, aún más pequeñas, como unos “agujeros negros” de ínfimo tamaño. Se tragaran lo que les eches y nos quedamos a oscuras. Hasta aquí alcanzó la vieja Matriz 3D.



Vayamos con lo novedoso: buscando otro punto de vista, para aclararnos, se creó la hipótesis de Supersimetría (SUSY, para los amigos) Siguiéndola nos vamos más abajo y más abajo aún. A lo increíblemente pequeño: fermiones y bosones; cada fermión tiene un bosón en el espejo, teóricamente.

Necesitábamos algo más palpable: entonces se creó el LHC, gran colisionador de hadrones, entre Francia y Suiza. Se trata de romper átomos, haciendo chocar uno contra otro y observar si aparecen esas partículas teóricas.



No se puede ser más bruto. Mis ancestros hacían chocar unas lascas para conseguir chispas y prender fuego a unas maderas; mucho no hemos mejorado en conciencia.

Pero, miremos hacia delante, algo nuevo está por surgir.

Como en el LHC no aparecían las partículas buscadas comenzaron a utilizar geometría ¡en cuatro dimensiones! ¿Saldremos a flote con ella? ¿Es difícil de imaginar? Pues no. Solo tenemos que asimilar un álgebra en la cual los bosones son pares y los fermiones impares. Nos salen muchas ecuaciones y la famosa, hace años, Teoría de las Supercuerdas.



Por el momento indemostrable pero... ¡atención! Matemáticamente aparecen muchas Funciones Holomórfas. ¿Las recuerda? ¡Sí! Son las que usamos para dibujar fractales. Aún no tienen muestra de todas las partículas buscadas pero pueden... pintarlas. Eso sí admitiendo ya de una vez que no existe simetría en 3D. ¿Pero... y en 4D?



Hasta un próximo programa de Ciencia sin Conciencia, amigos.






Fractal, el universo actual


Fractal, el universo actual



Hola, amigos, bienvenidos a un nuevo programa de Ciencia sin Conciencia.

Los fractales, ¿los conocen?

En el vídeo anterior mencioné la Cristalografía, cómo se organizan los átomos en el interior de los minerales y me preguntaba cómo hacen los átomos para lograr esas formas.

En este les hablo de los fractales, unas geometrías que se repiten a diferentes escalas de manera autosimilar. Da igual como los observe: en grande o en pequeño, verá las mismas formas.

En el año 1975 Benoît Mandelbrot propuso el término Fractal, que viene del latín fractus, fracturado o fragmentado, inaugurando una nueva manera de ver la naturaleza y representarla. Ya sean montañas o cascotes las formas se repiten.

Para poderlos dibujar con ordenador hay que comenzar por las Funciones Holomorfas de Pierre Fatou y de Gaston Julia, que dan lugar a unas imágenes ya muy conocidas.



¿Qué está suponiendo el conocimiento, descubrimiento, de los fractales? Una auténtica revolución física y cultural. Aunque a la mayoría les parezca aún ciencia ficción solo tienen que preguntar a los creadores de videojuegos.



Para visualizarlo vayamos a la arquitectura antigua; pirámides, templos y palacios, basados en una geometría que se denominó sagrada.

Básicamente son círculos y triángulos; con ellos y dos números: Pi y Áureo se construyó casi todo hasta finales del siglo XIX.



Utilizaron primero los números enteros, después vinieron los reales y finalmente los imaginarios. Realizaron maravillosas cúpulas y bóvedas a gran altura.



A principios del siglo XX y con el avance en el dominio de las derivadas parciales y las integrales múltiples la arquitectura fue evolucionando y consiguiendo edificios impresionantes.



Eso fue el final de la vieja Matriz 3D. Y ahora viene lo nuevo: utilizar los fractales en la moderna arquitectura. Están comenzando a hacerlo, ya tenemos cosas palpables.

Cuando digo 3D no es como si viviéramos en un tercer piso y hubiera que mudarse al cuarto o el quinto, que sería muy bueno. Es algo... mental. Es dejar atrás los viejos paradigmas, como la geometría sagrada.

Y cuando indico que la Matriz está cambiando no es solo con terremotos, son ¡cambios culturales!

Abandonar lo caduco y pasarse a lo novedoso, a las nuevas creaciones.



Lo nuevo son cambios constantes según vamos descubriendo más cosas, y habrá que pensar de modo diferente.

Hasta un próximo programa de Ciencia sin Conciencia, amigos.



Como propina les comparto uno de los primeros vídeos que realicé con un programa de ordenador dibujando fractales.
Si entiendes el universo fractal avanzarás mucho en la comprensión de la naturaleza, amigo.







Novela: Más oscuro de lo que pensáis.

 


Otro clásico de la ciencia ficción que añado a mi colección: Más oscuro de lo que pensáis, de Jack Williamson. ¡Qué miedo! Es entretenida y aguanta bien el paso de los años.

Publicada como novelita en el año 1940 cuenta la asombrosa historia de un periodista americano, lo de alcohólico es redundante, todos debían de serlo para sobrevivir, que va a cubrir la noticia de la llegada en avión del Profesor Mondrick, director de una Fundación que estudia los orígenes del ser humano.

Con él vienen tres ayudantes y portan una pesada caja de madera, de las que usaba el ejército para transportar municiones. Barbee, nuestro héroe, fue ahijado del profesor y estudió con él Antropología; sus ayudantes fueron sus amigos de universidad.

Hasta aquí todo bien pero... aparece Campana de Abril, de sensuales formas, larga melena pelirroja, ojos verdes... adiós profesor, y ayudantes. El prota queda hechizado por los ojazos verdes, y todo lo demás, y correrá tras ella noche tras noche hasta descubrir que... su novia es una bruja. ¡Ay Dios!



La novela de Williamson no tuvo especial éxito pero un argumento similar fue utilizado por el genio de Fritz Leiber lanzando Esposa Hechicera en 1943. 

El éxito fue impresionante convirtiendo a Leiber en un escritor rico y famoso en pocos años.



Así pues el bueno de Jack retomó la idea, pulió aspectos aquí y allá y alargó el asunto hasta conseguir una novela, novela, que publicó en 1948.

Pero Leiber ya le había robado el queso y de nuevo pasó sin pena ni gloria, aún así continuó con su prolífica carrera de estupendo escritor de ciencia ficción.

¿Mi novia es una bruja?

Si la llego a leer a los veinte años me hubiera preocupado un poco...

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