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Camino de Santiago 2002. De Villafranca a Compostela.

 


En el mes de diciembre del año 2002 pude disponer de unos días de vacaciones y ni corto ni perezoso retorné a Villafranca del Bierzo para completar el camino que había iniciado en el mes de julio.


Dormí en un hotel de la plaza mayor de Villafranca y sellé la credencial tanto en el albergue municipal como en el Templo de Santiago.


El día 18 de diciembre y con buen tiempo subí hasta el Santuario del Cebrero.


Una etapa muy bonita, y al subir en solitario me pude recrear en los detalles y hacer fotos a esto y aquello. En el albergue tan solo estábamos el hospitalero y cinco peregrinos. Los 6 nos refugiamos hasta bien de noche a cenar y tomar chupitos en el hostal que hay junto al santuario. 5 peregrinos. Las veces anteriores que pasé por allí estaba completo.


En cuanto clareó me puse a andar hacia el Alto de San Roque y el de Poyo. Ya le habían roto el bordón a la escultura. En fin, a disfrutar del paseo y a ver hasta dónde llegaba.




Al ir solo y andar ligero cuando me quise dar cuenta ya estaba en Triacastela. ¿Qué hacer? Me sabía a poco lo recorrido y marché por San Xil y Furela hacia Sarria.


En Sarria paré a dormir en el albergue municipal. Llegaron a tiempo tres chicos de Villagarcía de Arosa con los que había estado el día anterior en el Cebrero.
No se cierra el albergue no; me había quedado yo con las llaves al ser el único a pernoctar. Así que los llevé a cenar algo y después nos tuvimos que abrigar bien, con mantas y mas mantas para dormir. Mucho frío y humedad aquella noche. Y no paraba de llover.


A la mañana siguiente paramos a sellar en los Mercedarios, a la salida de Sarria y marchamos casi a la carrera hacia Portomarín. Nos llovió a base de bien.



En Portomarín nos abrieron para los cuatro el albergue municipal y hasta pudimos cenar decentemente en un mesón bajo los soportales. Hasta aquí nos alcanzó la buena suerte.




Las siguientes etapas mas bien fueron un calvario, llueve que te llueve, y casi todo cerrado. El único sitio abierto que encontré fue en Ligonde y después ya nada hasta Palas de Rei. Pasé del albergue y busqué acogida en un hostal de la plaza que hay enfrente. Estaba de vacaciones y no había ido a enfermar a Galicia.


¿No quieres caldo? Toma tres tazas, eso sí que era llover. Algunos tramos fueron todo un desafío camino de Arzúa.


 Paré a sellar, como siempre que he pasado, en la parroquia de Santiago de Furelos, a tomar algo caliente con el cura en el bar de enfrente y poco más tengo que contar de esa jornada.
Lo que es tener buena ropa chubasquera y un paraguas resistente...




Apenas hice más fotos entre chaparrón y chaparrón hasta llegar a Compostela. Ya ni sellar ni porras a la hora que llegué. 


Encontré habitación en Hotel Costavella y pude cenar en un mesón cercano.
https://www.costavella.com/
¡Qué diferente estaba la ciudad a cuando fui en verano!
Me quedé un par de noches en el hotel, para secarme y comer a base de bien. El hotel se llenó con unos equipos de televisión, madrileños, que venían a cubrir un naufragio en la Costa de la Muerte. Las gentes hablaban del chapapote en la tele gallega pero los madrileños no sabían ni cómo carayo llegar hasta Muxía. Estuve por irme con un grupo de ellos e indicarles el camino. Pero al día siguiente era Nochebuena y marché en tren para casa a cenar con mis hermanos.
Lo del chapapote fue algo tremendo, siento no haber podido ayudar. Al año siguiente fui hasta Muxía pero cuando ya habían limpiado lo mayor.
Y esto es lo que dio de si mi Camino de Santiago del año 2002, espero que os haya gustado el relato.
Por cierto: ya tengo publicado un nuevo libro, Alba de la nueva Matriz, y os comentaré algo en próximas entradas.




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Intangible Cambios en el planeta natural. Amores luminosos, cariñitos pasajeros, que pasan por este mundo viajeros, peregrinos de Lo Inta...