Sin miedo
Hay días que parece que estuviera uno como el borrico dando vueltas a la noria, ¡y sin sacar agua!
Tenemos muchas cosas guardadas en nuestro interior, en el cuerpo humano, pero por miedo no las sacamos a la claridad. De aquí, me parece a mí, que las personas desarrollen enfermedades y síndromes de lo más extraño.
Nos resulta dificil de asimilar que estamos en el Año Uno del resto de nuestras vidas y seguimos mirando al pasado que ya se fue. Pensar en cosas nuevas, gente nueva, nuevas experiencias, mas luminosas, vecinos.
Del bien pensar surge el bien decir, lo contrario es... maldecir y eso nos perjudica, sí y también.
Veo a demasiada gente enfangada en su drama personal y dándole vueltas y más vueltas; como el burro del pozo de agua. A mí también me ocurre en ocasiones, tengo episodios, pero como me canso enseguida lo dejo marchar, y tengo que beber algo de vino.
No dejaré de animar a la gente para que escriba sus propios cuentos, su propia vida, que no estén tan atentos a las obras ajenas; ustedes hagan la suya propia y pongan todo su cariño hacia las compañías.
No es más costoso estar más lúcido, aunque seamos soñadores impenitentes, y soñarnos rodeados de claridad y amistad; seres cariñosos, amables, bien pensantes.
Igual es que ya soy un borrico cansado, pero yo lo veo así.
Escucho mensajes en Los Medios: ¡miedo!, ¡miedo!, miedo a esto, a lo otro, a las I.A., a la "caida de la Bolsa", a... ¡que nos van a tirar un asteroide!, a... ¡¡tormenta solar!!
Y este borrico agacha las orejas y se pregunta: ¿sabrán estos, conjéneres, Señor, lo que les espera de aquí a ... seis meses?
¡Tengo miedo!
Mira a ver si tienes sitio debajo de la cama... vecino.