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Llamando a Base Castilla


Llamando a Base Castilla


Hola de nuevo amigos, ¿cómo va todo? Hoy os comento otro de mis libros.

Llamando a Base Castilla, una novela de ciencia ficción que publiqué en el año 2017.

Una distopía terrible en la cual el protagonista es consciente de que su mundo se va viniendo abajo, desapareciendo islas y países enteros, pero aún así él continúa peleando por conservar algo de humanidad, su concepto de ser humano, frente a la bestialidad que va en aumento.



Tiene la ayuda de las diablas azules, las encantadoras chicas de la Casita de Dara, que se irán turnando para que no se convierta en un despojo humano, alcoholizado.



En frente tendrá a unas bandas de fanáticos que irán creciendo hasta convertirse en un ejército: Los Comancheros. El defiende, como buen policía, Samur Pan, a la ciudad y sus habitantes pero un día descubrirá que no hay peor enemigo que el que tienes en casa.



Dejará de ver con tan malos ojos a los salvajes y seguirá intentando mantener la conexión con los españoles que sobreviven en La Antártida: la Base Gabriel de Castilla, hasta el último de sus días.



Disfrute con su lectura y las aventuras de Samur Pan, su honorable policía y fiero cazador de Comancheros.


Dignidad


Dignidad


Hola amigos, ¿alguno ha cantado línea? Pues entonces continuamos.

Hay dignidades que deben respetarse e indignidades que rechazar. Esto es algo básico pues cuando se pierde el respeto a la vida, incluso a la vida humana, se regresa fácilmente a la barbarie.

Yo siempre les trato de usted, y eso es por algo, algo muy básico. Tan solo mi esposa y algún allegado, ya jubilado, me pueden tratar de tú sin pedirme permiso.



Confío en que comprendan mi postura, yo no puedo ser juez y parte de las conciencias humanas y sus comportamientos; no soporto las faltas de respeto.

En el Inframundo siempre hay y habrá sitio donde incorporar a tanto mongolo como anda por las calles, y no digo nada por las... redes sociales.



Yo, como mucho, me limito a darles remedios para la... halitosis. Remedios caseros: ajo, cayena, caramelos de miel y limón, y el mejor de todos: yogur de leche de vaca, de pasto, de las que andan por el prado comiendo hierba. También le puede ayudar el echar un poco de bicarbonato en su cepillo de dientes, y después frote bien. Sí.

Remedios vendo que para mí no tengo.



Mientras andes pisando piedras y bebiendo de las fuentes del campo eres hijo de tu siglo y su violencia, como escribió Bernabé hace mucho tiempo. Es tontería quejarse.

Efectivamente, como dicen desde hace aun más tiempo los chinos, unas veces toca ser Yin y otras Yang. O como diría un forjador de los de ahora: no se calientan todos los hierros en el fuego al mismo tiempo.



Y después hay que sacudirlos por un lado y el otro, efectivamente.

Y aguantar el “tratamiento” con dignidad.


Intangible

Intangible Cambios en el planeta natural. Amores luminosos, cariñitos pasajeros, que pasan por este mundo viajeros, peregrinos de Lo Inta...