Descubrimiento y Conquista de América


Descubrimiento y Conquista de América


A mi manera, es mi interpretación a la luz de lo hoy día sabido.


Volver a los tiempos de los primeros viajes de los españoles al Nuevo Mundo resulta cuanto menos chocante hoy día por la gran cantidad de información falsa vertida durante siglos.

Una vez quedó establecido por el viaje de Américo Vespucio de que habían encontrado un continente del que no se tenía noticia el papa Alejandro VI (un Borja aragonés, español) estableció por la Bula Dudum siquidem el reparto del planeta entre los reinos de España y Portugal; no debió de considerar que fuera muy grande el globo terrestre.

El primero en saltar y quejarse fue el rey de Inglaterra don Enrique VIII, el Craso, reclamando al papa el Testamento de Adán y que dónde decía allí que el mundo se podía repartir entre dos reinos católicos. No se encontró el susodicho Testamento en la inmensa Biblioteca Vaticana en aquel entonces, pero nunca se sabe... nunca se sabe.

Hay quien piensa que en este momento nació la infame Leyenda Negra contra los españoles, pero a mi modo de ver ya la cosa traía cola, y larga.



Cuando los Tercios del Gran Capitán don Gonzalo Fernández de Córdoba y sus sucesores, en dura guerra con el rey de Francia don Luis XII, se hacen con el control de casi toda la península italiana a excepción de Génova, aliado tradicional de los aragoneses, y de Venecia se comenzó a sembrar la cizaña. Sí, Venecia quedó fuera de la Corona de Aragón, pero a costa de pagar una "protección" muy costosa. Aquí comienza la maledicencia contra todo lo que suene a español, ya fuera aragonés, navarro, castellano o leonés.

Algunas de las familias más pudientes de Venecia se irían unos años después hacia Alemania para apoyar a la Casa Orange en su guerra por hacerse con los Países Bajos. Una vez conseguida su independencia en Ámsterdam establecerán sus "bancas", al alimón con los judíos ricachones expulsados de España. El odio a todo lo español, mezclado con todo lo católico, irá en aumento en décadas posteriores.

Más tarde estas familias de millonarios se mudarán a la Ciudad de Londres, the City, un rincón apartado del mundo y fuera de las leyes inglesas, desde donde le harán la guerra al Imperio Español financiando corsarios y piratas. Pero si estos ricos eran mala gente peor fueron los propios pobres españoles.



Poca gente sabe que don Cristóbal Colón terminó con sus huesos en la cárcel de la ciudad de Burgos, cargado de cadenas y en la más oscura de sus celdas, a la vuelta de uno de sus viajes; aunque traía consigo una gran cantidad de oro obtenida en la mina del Montecristo.

La condena dictada, en Barcelona, por la reina doña Isabel era a muerte, colgado de una soga, pero su esposo don Fernando II de Aragón se la "conmutó" por cadena perpetua y lo escondió en Burgos hasta el fallecimiento de doña Isabel.

Había esclavizado a indios pacíficos de la Isla La Española, imperdonable fechoría para una reina católica.

Para entender el comportamiento de los españoles en las Antillas primero hay que conocer el Descubrimiento y Conquista de Las Islas Canarias; una vez Colón regresa en su tercer viaje desde La Española se prepara el operativo para conquistar esas nuevas tierras, y calcarán el sistema utilizado en Las Canarias. El mismo armamento y movimiento de tropas para hacerse con los Caciques antillanos. Y una vez ocupado el territorio los antillanos, como los canarios, serían tan españoles como los de Huelva o Badajoz.

Esto es algo que sigue siendo mal comprendido por nuestros hermanos americanos.



Los españoles católicos se van encontrando con pueblos, reinos, razas y cultos, de lo más extraño. Tras los Caribes serán los Mayas, los Aztecas, incluso negritos encontraron en Panamá. ¿De dónde había salido toda esta gente extraña? No figuraban en La Biblia, su libro de texto de entonces.

Y más tarde los extraños Incas con su fabuloso imperio extendido por medio continente, ¿porqué eran tan diferentes a los europeos, asiáticos y africanos?

Los españoles se encomendaban a Santiago y la Virgen y tiraban para delante, y Dios dirá... llevaron consigo perros canarios, los mastines fornidos, a las islas caribeñas y a las selvas de Panamá. Veían en los Caciques a unos jefes de tribu similares a los Mencey, y les aplicaron el mismo tratamiento. Una cultura similar separada por el océano, que bautizaron como Atlántico, el de los atlantes.



¿Porqué tenían la cabeza, el cráneo, tan diferente? Y en Centroamérica y el Caribe muchos pueblos eran caníbales.

Los indios Caribes enseñaron a los españoles, un poco a la fuerza, a asar la carne a la parrilla, los vascos fueron de largo sus mejores alumnos. Tiene que estar poco hecha, que no se pierda la... sustancia. Español que conseguían español que ponían a la parrilla, como San Andrés, pero poco hecho, ¡eh! Y lo que no se comían en el día se ahumaba, para que no se perdiera esa carne tan estupenda.

El padre Las Casas soltó toda la mala baba que había acumulado cuando le echaron de Chiapas, exponiendo en sus libros lo malos que eran los españoles, ¡por supuesto! ¿Cuándo se conoció a un dominico bueno? Y lo buenos en cambio que eran los indios; exigió que se trajeran negros esclavos de África, que se los compraran a los portugueses, para que así ellos, sus mayas degradados de Chiapas, se dedicaran a... subir a las pirámides y a sus "fiestas florales".

Su sucesor Bernardino de Sahagún, quizás por franciscano y leonés, ya deja... caer en sus escritos las costumbres de muchos de los pueblos que hoy llamamos centroamericanos. ¡Caníbales!

Los dioses de América eran del todo incomprensibles para los europeos e incluso para los africanos, no esclavos, que iban con ellos y les acompañaban en las batallas.



¿Cómo cambiar no se cuantas naciones y pueblos completamente diferentes a los del Viejo Mundo?

El papa de Roma indicó: por la Fe, imponiendo el Catolicismo, eso va directo a la cabeza, pero llevaría siglos conseguirlo; entonces, ¿Qué hacer para convertirlos en españoles?

Los indios americanos no sabían de la astucia española; por la cabeza se va lento, lo rápido: ¡es por la barriga! Que de lo que se come se cría.

Y comenzaron a llevar al Nuevo Mundo gallinas y cerdos, cabras y ovejas, vacas y caballos; les enseñaron a comer los productos del mar: marisco y pescado. ¡Qué ricas las langostas del Caribe!

Les llevaron para plantar trigo y lentejas y no sé cuantas cosas más, el caso es que no pensaran en comerse a los vecinos, malas costumbres.

Por supuesto eso trajo la contraparte trayendo a España tomates y pimientos, el cacao, ¡Ay, dios, el chocolate! La vainilla, la piña, los aguacates, y ¡sorpresa! Maíz. La planta maravillosa, en unas pocas décadas todo el norte de la península se llenó de maizales.

Cien años después de la entrada del capitán Cortés en la ciudad de México la alimentación de los españoles estaba cambiando sin remedio. Y de lo que se come se cría. Y además llegaron las patatas, y los fréjoles y muchas más cosas ricas.

La tortilla española, de tanto renombre, más bien debería llamarse tortilla peruana pues de allí vinieron las papas. Los españoles pusieron el aceite y... eso que apenas queda hoy día.

Otra costumbre española que les pasamos a los americanos: el pleitear por cualquier cosa.

Cuando Cortés regresa a México, ya convertido en Marqués de la Ciudad Ahumada, (no pregunten ustedes qué tipo de carne era la que ahumaban los mexicas) le montaron un Juicio de Residencia, cuando llevaba años fuera del país. Pero es que pleiteantes eran don Beltrán Núñez de Guzmán y don Luis Ponce de León, de la más rancia nobleza leonesa y él, Cortés, era un... extremeño, gente de frontera, un hidalgo de pueblo.

Esto es algo difícil de entender en nuestros días. ¡Como eran los españoles de entonces!



La limpieza de sangre y todo eso. Limpieza de sangre en la península y mezcolanza con las indias, ¡con todas las indias que a mano tuvieran!, pues no eran moras o judías.

La esclavitud: seguían el viejo sistema que ya venía de egipcios y romanos, tan solo se podía esclavizar a los soldados capturados en una guerra y a sus familias si no había rendición general; así habían esclavizado anteriormente los romanos a la mitad de los griegos e hispanos.

No había escusa en este asunto, algún gobernante español terminó sus días colgado de una soga por propasarse con las naciones indias. Los portugueses acudían a los puertos del Golfo de Guinea para comprar esclavos a los musulmanes procedentes de las continuas guerras que mantenían por toda el África tropical, y los españoles se los compraban. Pagando a toca teja.

Esto sucedió así, los grandes mercados de esclavos estaban radicados desde hacía siglos en la costa del norte de África, el Islam. Cervantes estuvo esclavo en el de Argel durante años; en esos mismos años los portugueses accedieron a los mercados de África central y comenzaron a vender gente como si fueran ganado.



Nadie reflejó la España Imperial tan meticulosamente como este escritor en su don Quijote de la Mancha, especialmente en su Segunda Parte, pero... ¿Quién se dio cuenta? Ningún autor incluye sus libros en la Leyenda Negra pues el humor de don Miguel fue insuperable, sus obras se leerían por toda Europa y hoy día por todo el mundo. Pero bajo sus humoradas está el retrato de aquella tiranía draconiana.

La corona española y su imperio cambió de los Austrias a los Borbones, pero la inquina de los holandeses y los británicos fue creciendo y creciendo, y sus publicaciones falseando la historia. La Inquisición española quemaba personas, alguna de vez en cuando por hereje, pero callaban que en Alemania e Inglaterra quemaban por cientos, por brujería.

Con la llegada de La Ilustración apareció poco después el arma perfecta para desmigajar el Imperio Español: la masonería.

A finales del siglo XVIII el ejército español estaba ya carcomido por los masones.

El desastre humano que fue el infame rey don Fernando VII fue la gota que colmó el vaso.

El regreso a la monarquía absoluta hizo saltar a todos los masones españoles de los dos lados del charco. Y todo se fue al carajo.

Desaparecidos los reinos americanos y diluidos los peninsulares tanto España como corona unificada como las nuevas repúblicas americanas quedarían sumidas en una no muy disimulada dominación anglosajona y la semiruina perpetua (la deuda exterior que lo llaman)

¿Qué dejaron los españoles en América que aún persiste?

Las guitarras, las corridas de toros, la afición a tomar cerveza como si no hubiera un mañana, y también aguardientes variados, y tal vez el hacer a las chicas galanterías, ¿o eso ya se perdió?

¡Qué amorosos eran hace siglos! ¿verdad? Dejar que tal cosa se pierda no tiene perdón de dios.

Nos tienen que enseñar ahora los de allá a los de acá a respetar las buenas costumbres, son 500 años de idas y vueltas.

Si los Caribes nos enseñaban a hacer buenos “asados” los españoles les enseñamos a hacer ensaladas, ¡tropicales! Exquisitas. Son para bajar la carnaza sangrante sin dañar los estómagos delicados.

Hoy día resulta difícil de asimilar cómo fueron los últimos años del imperio español en América.

Un español de Texas podía emigrar a la Pampa Argentina, como uno de Badajoz a Lima, sin más. Un licenciado de la Universidad de Salamanca podía ir a dar clases a la de San Marcos de Lima, y un profesor de la Universidad de Santo Domingo podía obtener plaza en la de Alcalá de Henares. Esto nos parece hoy día como de fantasía, pero tan solo es un ejemplo de como funcionaba el mecanismo de los reinos peninsulares y los reinos americanos, pues eran reinos no colonias y tan español era un chileno como un aragonés, un colombiano como un valenciano. Y, repito, fue un continuo toma y daca.

¿Hasta qué punto cambió España tras la conquista y asimilación del Imperio Inca?

Cuando comienza funcionar la Universidad de Lima, la de San Marcos, los primeros alumnos peruanos les cuentan a los profesores que en su cultura tienen recuerdos antediluvianos, de un tiempo cuando no existía La Luna, algo similar a lo que contaba Aristóteles cuando hablaba de los Proselenes que vivieron en la Arcadia y tenían recuerdos similares... ¡Eso no viene en la Biblia!

El tema da para libros y libros. Un ejemplo: el inca Garcilaso de la Vega, nacido en Cuzco y afincado en la ciudad de Córdoba le dio tal impulso a la poesía que durante siglos la española resultó inalcanzable; todos los poetas del Siglo de Oro y sucesores bebieron de su prístina fuente.



¿Y el cráneo de los Incas?

Cráneos de fallecidos tenían por millares a su disposición para su estudio. Y veían claramente un hueso interparietal; esas cabezas no tenían parangón con algo conocido, ni en China ni en Tartaria ni en...

¿Cuál podría ser la explicación? Ni las universidades de Salamanca, París o Bolonia tenían, ni tienen, respuesta válida.

¿Cómo cambió América con la invasión española?

Se encontraron con las pirámides en Centroamérica y las ruinas ciclópeas en Sudamérica. ¿Aquello era un nuevo mundo u otro planeta? La selva amazónica con sus naciones guerreras era otro enigma mayúsculo y quedaron sin explicación las preguntas que se hicieron sobre ellos, pues la mayoría fueron diezmadas por las enfermedades que les transmitieron los españoles; alguna de ellas fueron traídas, sin saberlo, desde China, como la gripe, la influenza, que se llevó por delante a millones de americanos. Pero la población se recuperó décadas después y a base de bien.

Por poner un ejemplo: a principios del siglo XIX la Ciudad de México era la ciudad más rica y poblada de toda la cristiandad, católica y protestante. Madrid, París, Berlín, eran arrabales a su lado.

Otros lugares como Buenos Aires crecían exponencialmente, duplicando su población casi cada 10 años, pues además de españoles no paraban de llegar sicilianos y napolitanos en plan de igualdad; se les consideraba nacionales pues habían sido súbditos de don Carlos III en Italia.

El mejor alcalde... ¡El Rey!



Procuró crear Pueblas en los límites del Imperio y por todas partes, incluso en España.

Nuestra Señora de los Buenos Aires, la Puebla de Zaragoza, la de Nuestra Señora la Reina de Los Ángeles (L.A.) y otras muchas que no han crecido tanto en población.

Los frailes y sacerdotes por su parte también poblaron el territorio, pero de santuarios. Nuestra Señora de la Altagracia en la Española, la de la Caridad del Cobre en Cuba, la de Guadalupe de México, Nuestra Señora de la Merced en Lima, y otros muchos y por todas partes.

Todo esto fue atacado con furia por la masonería internacional, pues lo consideraba cosas de papistas, superchería. La suya en cambio es la de un dios albañil, arquitecto tal vez, pues eran y son profundamente materialistas, ateos más bien. Con el ateísmo todavía triunfante, dominante, procuran que no se sepan estas cosas históricas.

En las películas los buenos son los piratas, terroristas, y los malos los españoles, la gente civilizada. Han impuesto su “relato” en lengua inglesa utilizando libros y películas.

El cambio de los Austria, alemanes, a los Borbones, franceses, terminó siendo letal para los españoles con el ascenso de la revolución francesa y el tirano consecuente: Napoleón.

La Ilustración tiró por tierra la cultura, ¿civilización?, española, basada sobre todo en el Catolicismo y las Leyes de la tierra. Se impuso el Protestantismo y las Leyes del mar, las “leyes” de los piratas.



El mestizaje, otro motivo de enfrentamiento con los británicos, tan profundamente racistas.

Los españoles hacían crecer su prole por cada territorio que conseguían ocupar, pues tan solo fueron poco más de 100.000 los que cruzaron el charco en ¡300 años!. ¿Cómo fue posible que controlaran una extensión tan grande?; no nos engañemos, por cada “ayuntamiento” forzado hubo 99 consentidos; se mezclaron: que las razas americanas no se extinguieron en el territorio español, se mezclaron las sangres. Y las chicas salían y salen así de guapas y salerosas.



Mestizos en las películas, siempre eran los peores, los más criminales. Español con india, ¿Cómo podría salir algo bueno de semejante mezcolanza? Pues salieron los Criollos que, engañados, se rebelaron cuando se lo indicaron contra la Madre Patria, y así les va de mal hasta el día de la fecha.





1 comentario:

  1. La historia no siempre es lo que nos cuentan, ahora y siempre encontraremos babosos y metomentodo , hay que culturizarse para poder opinar hábilmente , se puede conversar y cambiar opiniones , ahora les llamamos políticos ( de cualquier color )

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