Charada y chupitos

Charada y chupitos

Si se tiene el cerebro bien enseñado nunca se cae en el aburrimiento; es más, igual le faltan horas al día para conseguir todo lo que pretende hacer. Especialmente si se propone conocerse a sí mismo, sí. Cómo es usted por dentro.

Disección avanzada (hay que estudiar qué tenemos aquí dentro) hacer un curso al menos de Anatomía Patológica, sí. Hay que abrirse y ver cómo anda el asunto. Estoy en ello, estoy...

Pero como tengo un pulso gitano lo estoy dejando para otro, otro yo, que sino me tendría que hacer las suturas mi esposa y anda muy liada con el ganchillo y sus cursillos.

Seguramente quedaría requetebién, pero lo voy a dejar, sí, para más adelante.

¿El cerebro? Esto es muy interesante, ¿verdad? Habría que abrir y mirar.

Bueno, pero tendría que pedir una radial a mis compañeros de trabajo y que me cortasen bien por la mediana.

Abrirse, nos dicen, hay que abrirse de par en par. ¿Qué grandes secretos puede haber ahí, ocultos?

Ojo, ande usted con cuidado no vaya a tocar una zona sensible.

Yo no quiero despertarme una mañana diciendo que me llamo Maripuri y que me autopercibo...

Hay que cerrar después bien este asunto, y que no se cuele ni un pelo adentro.

¿La radial? Sí. Ya la escucho funcionando, ya, ¡pero cambiar el disco, cabestros!

Ese es de amolar, ¿qué me queréis, cortar el pelo al cero? Uff.

Yo es que quise ser un sabio complejo pero es que estoy rodeado de santos muy simples...

¿Porqué, mejor, no os apuntáis a un curso de degustación alcohólica? Comenzar por las catas más básicas... ¡de agua, cabezudos!

Conocer primero a qué sabe el agua, ya llegaréis a los chupitos, ya.