Anfitrión lúcido


Anfitrión lúcido


Hola amigos, hoy toca temas caseros.

Saber ser un buen anfitrión con las visitas, ¿qué les parece?

Lo primero es tener la casa caliente, que de comer y beber Dios proveerá. La comodidad a todos nos agrada y los dulces … ¿Quién los rechaza?

Ningún buen anfitrión se equivocará convidando, de entrada, a una buena parrillada de verduras.

Otra cosa es que usted esté casado, y ya de antiguo, entonces solo le queda poner buena cara y dejarlo todo en manos de la doña de la casa.



Ella sabrá, ¿sí? ¡cojines! Hacen falta más cojines.

Los hombres, en especial los españoles de buena casta, a la menor inquisición ajena nos ponemos en plan: ¡Defender Numancia! ¡Santiago y …!

Cada uno en su hogar tiene sus usos y costumbres, manías si quiere ver así. Hay que ser comprensivo con los visitantes.




Igual no hay tanto que defender en una vida y mundo transitorio. ¡Pero con tal de no dar nuestro brazo a torcer! Prefiero hacer de Cocorotta que de cordero que llevan, drogado, al matadero.

¿Cómo decía Obelix? ¡Están locos esos romanos!

¿Otro chupito de pócima mágica? Vale, ¡y para ya con los jabalís! Para qué diría yo nada...



Igual estamos estrechando demasiado nuestros horizontes dejándonos llevar por las noticias escabrosas y luctuosas. La mayor parte son basura Matrix, programación neurolinguística, enfocadas al control de su mente; dese usted cuenta y evite las malas digestiones.



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