El domingo pasado acompañé a la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León a la tercera etapa del Camino Lebaniego, Ruta Vadiniense, a Santo Toribio.
Paramos en Carbajal de Rueda para comenzarla y lo primero, como buenos peregrinos fue subir hasta la iglesia, dedicada a la Aparición de San Miguel Arcángel.
Una preciosa talla, ¿barroca? del arcángel preside el templo.
Pero mas interesante, para nosotros, es una preciosa imagen de La Peregrina. Devoción muy popular en esta zona.
Saludamos al crucero y comenzamos la etapa.
Como ya he andado todo esto y no estoy para muchos trotes me subí al autocar para marchar hasta Cistierna.
Comenzamos la segunda parte de la etapa, destino Verdiago, en las afueras de Cistierna. Hay quien prefiere continuar por el antiguo trazado ferroviario y cruzar el río Esla por el puente de hierro.
Otros marchamos por la carretera hacia el lavadero de carbón, donde nos uniremos con los demás.
Desgraciadamente, para mí, un molesto calambre me hizo desistir de continuar la etapa y hacerme regresar a Cistierna.
¿Qué ver en Cistierna un domingo por la mañana?
La bonita decoración del parque de la Plaza del Ayuntamiento, por ejemplo.
Por hacer hambre, y de paso comprobar si las piernas todavía me funcionan, decido subir hasta la Cueva de San Guillermo. Me siguen los conductores de los autocares y nos hacemos unas fotos allá arriba.
Muy bonito el entorno y el santuario, muy bien cuidado. Y unas cuestas del copón.
A la bajada paro a las puertas del estupendo Albergue Municipal, San Guillermo.
Si no la han cambiado, la entrada es por la otra calle.
Y también del Museo Bíblico y Oriental, todavía en proyecto. Me gustaría verlo abierto algún día, de este siglo, a ser posible.
Visita obligada, para mí, es a la capilla dedicada a Santa Bárbara, patrona de campesinos y mineros.
Bajé a continuación hasta el Museo del Ferroviario, pero hay que realizar la visita avisando antes. Es ideal para grupos, y ya he estado en otras ocasiones. Es muy bonito, muchos recuerdos del tren de ancho métrico de La Robla a Balmaseda, el tren de Matallana y su continuación hacia Bilbao.
Y no les puedo contar mucho más, que comí, estupendamente, en el Restaurante Moderno y a la hora señalada los autocares fueron a buscar a toda la tropa peregrina, y romera, hasta las Ventas de Valdoré donde se hallaban abrevando un tanto, y jugando a las cartas.
Volveremos el día 12 de marzo, a ver si estoy mejor de... lo mío.
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