Mis lecturas favoritas: 1984

 


Desde niño una de mis pasiones es la lectura, son unos cuantos cientos de libros los que han pasado por mis manos.

En este blog dedicado a compartir mis aficiones abro un nuevo capítulo dedicado a mis lecturas.

1984


¿Qué no se habrá dicho y escrito sobre esta distópica historia? Incluso hay estupendas películas; una protagonizada por John Hurt y Richard Burton me encantó.

George Orwell fue un escritor y periodista británico, nacido en La India, que se adscribió al movimiento del Socialismo Fabiano. En ese movimiento había gente tan importante como Bertrand Russel y otros por el estilo. Admiraban a Lenin hasta un punto que hoy día nos resulta difícil de asimilar.

Orwell viene, como periodista, a España en plena guerra civil, y enseguida lo comprende: es un experimento social, la lucha a muerte entre el fascismo y el comunismo. Orwell se consideraba de izquierdas pero regresó a Londres escaldado por lo que vió. Y a mayores enfermó de tuberculosis.

Como buen fabiano escribió Rebelión en la granja y 1984 donde expresa negro sobre blanco qué es y a donde conduce el Comunismo Materialista.

Hoy día se sigue sin comprender el porqué este escritor tenía unas ideas aparentemente rígidas sobre la sexualidad. Era un hombre moral y veía la sexualidad humana de su tiempo, (en nuestros días la cosa ha ido a peor) como algo prácticamente animal, que nos comportamos como... mamíferos, para entendernos.

Para que la humanidad progrese ha de comenzar a tener conciencia de lo que realmente es la sexualidad, y más aún la procreación. Ese espanto que es el aborto le deprimía profundamente.

El materialismo, tan popular antes de que "triunfara" la Mecánica Cuántica, reduce toda la naturaleza a una maquinaria sin conciencia. Despoja de conciencia propia a... las piedras, los árboles, los animales... y finalmente a los seres humanos. Hoy día estamos aún peor.

Desalmados, deshumanizados, despersonalizados.



Un breve párrafo para ilustrar cómo George Orwell veía el futuro si la humanidad seguía por ese camino del Comunismo Materialista:

Se espera que todo miembro del Partido carezca de emociones privadas y que su entusiasmo no se enfríe en ningún momento. Se supone que vive en un continuo frenesí de odio contra los enemigos extranjeros y los traidores de su propio país, en una exaltación triunfal de las victorias y en absoluta humildad y entrega ante el poder y sabiduría del Partido

Los descontentos producidos por esta vida tan seca y poco satisfactoria son suprimidos de raíz mediante la vibración emocional de los Dos Minutos de Odio, y las especulaciones que podrían quizás llevar a una actitud escéptica o rebelde son aplastadas en sus comienzos, o mejor dicho, antes de asomar a la consciencia, mediante la disciplina interna adquirida desde la niñez.

No hace falta que miren a la China actual para ver ese estado de cosas, miren más cerca, a su entorno y vean, vean en qué se han convertido los colegios de los peques.



Recomiendo su lectura.





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