Todo comenzó con Hulk, mis lecturas infantiles, pues se podría decir que aprendí a leer con los tebeos.
Pero para comenzár, ya hablaré de La Masa en otra ocasión, quiero recordar uno de mis personajes favoritos en la adolescencia: Doctor Extraño.
¿Quién era el Doctor Extraño? Un personaje nacido al alimón del guionista Stan Lee y el dibujante Steve Ditko; un tipo raro de narices que movía los dedos haciendo extraños gestos. Una vestimenta ¿oriental? Y que mostraba una extraña cualidad: podía viajar astralmente de un lugar a otro del planeta. Lo hacía sin capa, ¡eh!
Enseguida le aparecen enemigos espantosos: el Barón Mordo y el temible Dormammu. Aventuras místicas a tutiplen. ¿Y te lo querías perder, Jipi?
Al conseguir salir airoso de sus batallas El Anciano, su mentor, le regala un amuleto aún más poderoso y una nueva capa, de color rojo. Cuando, años más tarde, leí a Lobsang Rampa no podía dejar de sonreir con sus charadas astrales y sus hilos de plata.
Steve Ditko abandonó la Editorial Marvel y el personaje fue pasando de un guionista a otro y también por diferentes dibujantes. Casi llegó a desaparecer.
Afortunadamente para el personaje a finales del año 2006 cayó en manos del guionista Brian K. Vaughan y el dibujante Marcos Martín, dándole color al asunto Javier Rodríguez.
Y lo primero a destacar son dos personajes: Wong, su extraordinario mayordomo, y la maravillosa Enfermera de noche.
Enseguida el trío místico tendrá que enfrentarse con la mayor amenaza para nuestra humanidad.
No les cuento cómo es la aventura pero me encantó su final.
Incluso Extraño, el maestro de las artes místicas, necesita amar y ser amado.
Ya les comentaré de otros cómics que tengo por casa.
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