Revuelto en la cocina virtual


Revuelto en la cocina virtual, otro caso preclaro de Ciencia sin Conciencia.

¿Qué tal estamos, amigos? Me alegro.

Cacharreando estoy, un poco, y echando una mirada ladina sobre el lugar más entretenido del hogar: la cocina.



En la vieja Matriz 3D, si usted la recuerda, se inventaron toda una serie de ritos para poder sacrificar animales y quedar a bien, no con Dios sino con el diablo o los dioses que hubiese en el lugar. Hoy día ni ritos ni gaitas; se sacrifican animales por millones, a diario, por todo el mundo.

¿Y donde llevamos el resultado?

Los aparatos que hay en la cocina se comunican a través de Internet. ¿Y usted? ¿Está comunicando? ¿También?

Saludos a su microondas, ese sí que sabe como calentarle los...

La nevera me avisa: sus huevos están a punto de caducar... ¿Qué tal un buen batido?

Cocina de proximidad, sí, tenemos que hacer eso. Nuestros ancestros, no hace tanto, mataban un bisonte y se lo merendaban allí mismo, sin tantos... miramientos. Eran libres.



No había ningún Poseidón al que ofrendarlo.

Ya, y después vino el Diluvio, y después los templos y los sacrificios.

Pero... necesitamos algo que podamos masticar, ahora, en nuestros días.



¿Comida artificial? ¿Usted engulliría algo salido de su impresora 3D? Un Cylon sí lo haría.

Disculpen, es el robot de cocina que me indica que ya está lista la porrusalda.

Eso que suena es el artefacto que limpia los suelos; lo tienen programado para que me ataque.



¿Alguno de ustedes fue alguna vez a cazar cangrejos de río? Con los rateles y el cebo y todo aquello. ¿Y a recoger caracoles? Con jamón y chorizo, ¡Qué ricos! ¿Cazaron pajarines poniendo cola de carpintero en los zarzales? ¿Sacaron truchas del río? ¡A mano! Qué exquisitez...

Disculpen, la secadora, que ya terminó con las toallas y... ¡otra vez me faltan calcetines!

¿Qué hace? ¿Se los engulle?

Esto es un sin vivir, Señor...

El vino viene en nuestra ayuda. Por cierto: ¿alguna vez pisó uvas? Eso no se olvida. Ni el batir nata para hacer mantequilla. ¿Alguna vez se hizo una herida cortando jamón? Y qué rico le supo, ¿Verdad?



Perdón, es la freidora, que ya están listos los fritos de bacalao.

No le voy a preguntar si alguna vez desnucó un conejo y lo despellejó después, ni si sajó el cuello de una gallina, y después de cocerla bien tuvo que desplumarla. ¡Qué caldos más sabrosos! ¿Verdad?

¿Ha probado alguna vez la leche cruda? ¿Y la miel cruda? ¿No? Eso es manjar de reyes.

Pregúntese entonces si su vida no será algo virtual, su comida irreal, su persona fantasmal, como los personajes de un vídeo juego.

Entonces seguramente usted será el típico seguidor, y defensor, de la actual Ciencia sin Conciencia.

¡Se me está quemando el revuelto!

Si comemos sin conciencia... ¿de qué sirve introducir mas ciencia en la cocina?


Hasta un próximo programa, amigos.











Almas y la Matriz 3D


Almas y la Matriz 3D


Hola amigos. ¿Qué tal? Otro programa de Ciencia sin Conciencia.

La conciencia, bien, es algo que nace, en nuestro caso con el propio ser humano. Con un chispazo prodigioso. Sí.



Hemos visto nacer estrellas, con los telescopios, y humanos con los microscopios.

Cuando un espermatozoide penetra en el óvulo materno salta la chispa, la chispa de la vida. En pequeño, pero es similar al nacimiento de una estrella. Somos fractales universales. Constantemente nacen nuevas conciencias, así en la tierra como en el cielo.

Tras el chispazo una nueva conciencia inicia su Camino en el vientre materno. No existía antes pero podrá durar tanto o más que las propias estrellas.

Las estrellas tienen su evolución y los humanos la nuestra, primero en modo carnal y después en el espiritual.

Hemos de pensar en la muerte como un tránsito a otro campo de existencia para el que hay que prepararse durante toda la vida. Aprendiendo, todo en la vida es aprender, pues lo que eres es lo que continuará existiendo.



En la vieja Matriz 3D, versión católica, se distinguía entre ánimas y almas. Bueno, ya no es tiempo de que anden nuestras ánimas de continuo Purgatorio. Hay un cuadro de El Greco, El entierro del Conde de Orgaz, que muestra como el Conde, reducido a un chavalín, es ascendido al Cielo.

Lo ascienden. ¿Y los demás?



No les quedaba otra, una vez fallecidos, que ir a formar parte de las Compañías de Ánimas, pues son almas nacidas de nuestra carne y nuestra sangre, nuestro conocimiento. Son de este mundo.

Si se ganaban la ascensión pasaban a ser Almas Benditas, seres de gran pureza y destino estelar.

Hasta aquí llegó la vieja Matriz y su relato.



Hoy día se está popularizando el término semillas estelares para denominar a las almas venidas de otro mundo, de otras razas, a encarnar en este planeta y vida nuestra.

Incluso las hay de ida y vuelta, que siendo de aquí se fueron, tiempo atrás, pero decidieron regresar en estos momentos tan interesantes.

Pero tanto las naturales de este mundo como las venidas de fuera nos encontramos con un problema fenomenal.

Existen, ahora mismo, lo que yo denomino invasores y su agenda es el Transhumanismo que intenta cortar de raíz el espíritu humano, y enterrar nuestra conciencia bajo toneladas de cachivaches “inteligentes”.



Nos tratan de imponer un materialismo estrecho, a base de normas draconianas, que es un basto control mental. Pura Agenda A.

Hacernos pasar, por las bravas, del mundo natural a un mundo virtual que nos hará ver la esclavitud como algo normal. Sin tener conciencia del hecho.

Más Ciencia sin Conciencia aún.

Tratan de evitar, con medios infames, que seamos conscientes de la nueva Matriz 3D en la cual los artefactos que utilizamos tienen conciencia propia, y, al no usar nosotros la nuestra, ¡nos manejan a su antojo!



Para ello no necesitan aparatos muy “inteligentes”, les basta con que sigamos, como borregos, creyendo en su Ciencia sin Conciencia alguna.

Hasta un próximo programa, amigos.











La balada de beta – 2


 

Una estupenda novela de Samuel R. Delany, escritor estadounidense, publicada en el año 1965, que aborda un tema de pura ciencia ficción: una expedición a unas lejanas estrellas estuvo perdida por mucho tiempo y cuando al fin fue localizada los supervivientes son tremendamente hostiles a todo tipo de rescate por los terrícolas.

Tan solo consiguen traer consigo una serie de baladas, escritas por los viajeros, que relatan, a su manera, que ocurrió en aquella expedición fallida, pues aunque llegaron al mundo que buscaban nunca llegaron a desembarcar. ¿Qué les ocurrió y como viven en la actualidad?

Un profesor de universidad encarga a su “alumno estrella” que vaya hasta esas naves abandonadas y descubra qué hay tras esas baladas. La más famosa e inescrutable es La Balada de Beta – 2.

Y lo que descubre en la primera de las naves que visita es a un muchacho pelón que desafía todas las leyes de la ciencia oficial terrestre. El chico le guiará de nave en nave para que llegue a comprender, cabalmente, el significado de la balada.



Una entretenida novela de Samuel R. Delany que entre otras cosas deja entrever que tanto la ciencia como la religión terrestre valen, como mucho, para andar por casa, este mundo, pero en cuanto sales ahí fuera... te esperan las estrellas.

Se queda en mi colección de Ciencia Ficción.

Intangible

Intangible Cambios en el planeta natural. Amores luminosos, cariñitos pasajeros, que pasan por este mundo viajeros, peregrinos de Lo Inta...