Gunderson regresa al planeta de Hofman.
Muy a su pesar ahora tiene que llamarlo Belzagor, el planeta de
Nildores, unos extraños elefantes que son los dueños del planeta.
Gunderson es una especie de antiguo
funcionario británico en La India y considera que los nildores son
animales y poco más. La Compañía se ha ido del planeta y tan solo
queda un empleado en el hotel para recibir a los escasos turistas que
por allí se dejan caer.
En el planeta también habitan los
sulidores, otra raza diferente a la que incluso los nildores
consideran inferiores, y que hacen de sirvientes en el hotel.
Uno de los negocios de La Compañía
(muy
británico todo esto) es conseguir una potente droga a partir del
veneno de las serpientes, muy abundantes en los trópicos.
Según
Gundersen se va adentrando en los bosques tropicales se le plantea un
problema:
¿porqué han llegado a considerar que los nildores de Belzagor
tienen espíritu propio, personal y único cada uno de ellos, y los
elefantes de La Tierra no? ¿No estará el fallo en los seres
humanos?
Encontrar
a Kurtz, necesita encontrar a Kurtz para resolver este misterio.
Esta
novela fue una de las fuentes de inspiración de la famosa película
Apocalyse Now
El de los políticos españoles,
comenzando por su bicéfala cabeza.
Nadie asume responsabilidades y a todos
los encausados hay que tratarlos de “presuntos”;
yo no tengo problema alguno en hacerlo, y a diario. Tan solo mis
amigos portugueses entienden esta humorada. No le deseo mal alguno a
terrícola de cuerpo presente, y mira que alguno se merece una
buena...
Entiendo que el individuo político se
rige por normas diferentes al resto de los mortales;
este asunto ya lo retrató muy bien, hace siglos, Francisco de
Quevedo. Pero le metieron preso cerca de donde yo vivo... ¡le
trincaron por un asunto de faldas!
Los españoles somos incorregibles,
cosas de este tipo ya pasaban en los tiempos de Indibil y Mandonio.
Poco ha cambiado la política desde los tiempos de los romanos.
¿A qué son hemos de aguantar a ese
cesarín de Tetuán?
Que se vaya al Mercado de Maravillas a
por material para una buena porrusalda o mejor una tomatina, ya que
dice ser tan rojo. Menudo señor Monipodio 2.0 nos buscamos para
gobernar este país de puteros y de... marineros.
El asunto de “reducir la huella de
carbono” ha sido otra ocurrencia de los mandamases para sacarle los
cuartos a los ignorantes:
el público, el Populo que decían los romanos. Si supiéramos lo que
realmente es el carbono o carbón se nos caería la cara a cuadros.
Mi solidaridad expreso, una vez más, con todas las personas a las
que obligaron, de un modo u otro, a inmunizarse. Fue una operación
bien planeada, con años de preparación, y estupendamente ejecutada,
ganancia de función.
Todo en la vida es aprender, y la
geometría y características especiales del carbono aun nos reserva
unas cuantas sorpresas. Cuando tengan ustedes conciencia de ello...
¡se asombrarán! La vida es transitoria, todo es temporal y tenemos
el dicho:Ningún quinto fue
malo. ¿Quién será
el sucesor del señor Monipodio 2.0? Me tomaré unos chatos mientras
se decide y no a quien ponen.
PAINITA
Y
de vuelta al carbón;
la Ciencia Oficial establece una división muy fuerte, un auténtico
Muro, entre la Química Orgánica y la Inorgánica, pero la vida real
no es así
Es
un asunto de conciencia.
En lo espiritual todo son transiciones, de lo carnal a lo emocional,
después a lo mental, a lo causal, a lo astral galáctico, a lo... Y
en lo material sucede algo similar, los mismos átomos de hidrógeno,
que es como los llamamos, formaron en este mundo el carbón, sólido;
una de las formas que adopta el elemento químico Carbono, algo
tangible para nosotros, los habitantes de esta Matriz 3D Planetaria.
Esos mismos átomos del carbón pueden formar un mineral complejo
como la Painita, extremadamente rara en este mundo, es un paso más
allá del diamante, ¿comprenden?
¡Son
los mismos! Son idénticos, en lo orgánico y en lo inorgánico. ¿A
que se entiende, verdad?
Es
una cuestión de gradualidad. No le pongan ustedes muros a su
realidad, es un gradiente de materialidad y espiritualidad. Por
ello y en mi opinión Cartago ha de ser...
Desde los tiempos de Kepler se sabe que
los signos astrológicos no coinciden con las constelaciones
astronómicas, ¡pero persisten en el error! La astrología que
conocemos en Europa fue implementada en Egipto, en Alejandría sobre
todo, hace más de 2.000 años, cuando los reyes de Egipto eran los
herederos de Claudio Tolomeo. Dieron nombre a las constelaciones:
Orión, Casiopea, Hércules, etc., y se inventaron las Casas. Ya les
digo fueron genios como Eudoxo y Eratóstenes los que hicieron los
cálculos astronómicos y realizaron inventos como la
esfera armilar.
Pero
la galaxia gira imparable y las estrellas ya no coinciden con los
tiempos de Aristóteles. Y de esto ya se dieron cuenta los sucesores
de Galileo. Hoy día es algo fácil de observar en el cielo nocturno
despejado y sería rápido de hacer el cambio con una I.A., de acceso
gratuito.
Cuando
el sol está atravesando por delante de la constelación de La Virgen
los astrólogos no pueden decir que está en la Casa de... Libra.
La
astrología, bien entendida, es semejante a un lenguaje de
programación, sirve para observar la posible influencia del sol, la
luna y los planetas, las estrellas, en la vida de una persona o
comunidad, puede resultar interesante pero hay que ser más exactos
en los cálculos y corregir los errores utilizando modernas
aplicaciones en línea para conocer en tiempo real la situación
de... el planeta Marte, por ejemplo, o la estrella de La Espiga.
Así
como está ahora es superchería, los astrólogos no tienen la menor
credibilidad, por muy profesionales que sean. Y se lo digo con
respeto, escuchen este consejo:
cuanto antes cambien antes notarán los resultados. Empiecen casi
desde cero y honren la memoria de Eratóstenes. Lo acertado de este
asunto es considerar a las luminarias celestes como conciencias, lo
equivocado es situarlas fuera de lugar.
También
se debería cambiar y cuanto antes el Calendario Español, llamado
Gregoriano, pues está ya bastante desfasado con respecto a las
estrellas. Por ello la Noche Buena ya hace siglos que no coincide con
el solsticio de invierno. Y tampoco se animan a cambiarlo a sabiendas
del error, de días completos.