Insultos
Hola amigos, tenemos unos días crudos
por delante, pero no achantarse, ¿vale?.
Del mayordomo al Papa del insulto
ninguno escapa, es un viejo refrán.
Por mi manera de ser prefiero que nos
veamos en los bares y nos demos un poco de palique, aunque sea
hablando del tiempo.
Nunca hablamos de mujeres pues tengo
amigos que les gusta hasta un escobón con faldas, y ahora las chicas
llevan unas mallas muy ajustadas. Pero nada de ofender, ¿de
acuerdo?.
Llegan de continuo ondas de cambio, no
todo son tormentas solares hay más cosas, y los que no sepan
adaptarse rápidamente se arruinarán sin remedio. ¿Se entiende lo
que les cuento?
Ya no son tiempos en los que para que
la gente te escuche tengas que entrar en la ciudad montado en un
burro y rodeado de palmeros.
Ahora la tropa lleva en sus manos los
dichosos teléfonos inteligentes y te coserían a fotos. Y a
insultos. Hay que andar de acuerdo a tu tiempo personal.
Nos encanta estar distraídos y de
continuo buscamos algo que nos abstraiga. Y siempre hay gente que se
presta ello, y como muestra: los canales de YouTube.
Vivimos pendientes de las noticias y
los chismes, con el teléfono siempre a mano. Yo entro en un bar y lo
primero que hago es buscar un periódico para tener algo en las
manos, incluso antes de pedir la consumición. Manías que arrastro
de muchos años atrás, ¿y usted?
La clave está en la atención,
en aquello que la fijamos, la clavamos incluso. Yo suelo escribir en
los bares, no me importa cuanta gente haya, pues me absorbo tanto en
la libreta que ya puede haber tiros por las calles, que no me entero.
Muchas veces no pido o no como la tapa, no las necesito como
alimento.
Nos alimentamos de comida e
informaciones procesadas que dañan nuestro ser natural, y no me
refiero solo a los alimentos transgénicos, hay mucho más.
La pregunta el millón de pavos: ¿hasta
qué punto nosotros somos naturales y lo demás es algo procesado?
Platón intentó dar con una buena
respuesta escribiendo su maravillosa historia de La Caverna.
¿Pero cuántos de nosotros estamos por salir a la claridad? Salir
fuera de la caja, a... ¿la quinta dimensión? Llámalo como quieras,
el asunto es darse cuenta de que estás en el interior de una matriz;
el que la veamos más natural o artificial dependerá de los
conocimientos de cada cual.
No espere a que mamá Gea le
eche fuera, atrévase a salir por usted mismo, y se sorprenderá.
No sienta tanto apego por lo que aquí
tiene o cree usted ser, a fin de cuentas es mas bien un juego, un
juego diabólico y su vida siempre pende de un hilo, un hilo
imaginario de creencias y experiencias que se van acumulando con el
paso de los años. No se de tanta importancia.
Cuando recuerdo lo pasota que yo era
hace 40 años... Vivía en Galicia y comía todos los días en un
bar, pues no había considerado siquiera la posibilidad de aprender a
cocinar... No me quedó otra; incluso llegué a invitar algunos
domingos a unas amigas a probar mis preparaciones, ¡cuánto se reían
con mis chapuzas culinarias!
Reírse de uno mismo, ¡qué sano es! Y
más si lo hace en compañía.
Por eso digo que si quiere insultar
a alguien, por algo, por lo que sea, piénselo bien y a propósito.
Su boca es su martillo, elija bien las puntas y dónde quiere
clavarlas.
Eso sí, llegará un momento, un
evento, donde percibirá exactamente dónde se las clavó en usted
mismo. No le quepa duda al respecto.
Usted siempre será usted, al menos
mientras tenga la suficiente voluntad de existir; por ello tenga
cuidado con lo que hace o dice. Esté más atento, no es más que
eso.