Enganchados a la Matrix


Enganchados a la Matrix


Hola, hola, mis extraordinarios amigos. ¿Todo bien?

La mayor parte de los hoy día enganchados a la Matrix comenzaron su adicción en los salones de juego. Pasando las horas con las máquinas de marcianitos; la mayoría ya no tienen remedio.

Aprendieron guerra espacial bidimensional, y después... ¡tridimensional! Sí.



Sí, sus circuitos neuronales ya no volvieron a ser los mismos. ¡yo jugué al Quake! Pero poco...

así quedé.

Dificultad para distinguir la realidad carnal de la holográfica.



Existe un tipo de ruido que yo le digo seco, ¿mental?, ¿espiritual?, no lo tengo muy claro. Que producen seres que se entrometen en nuestras vidas y conciencias causando distorsión cerebral. No preguntan con cortesía, inquieren, acusan, juzgan, alterando las ondas cerebrales para hacernos creer esto, lo otro, o lo de más allá.



Desprecio.

Fundamentalmente sienten un desprecio olímpico por la raza humana, la de este mundo. Esto no va de buenos y malos, claros y oscuros, ¡es que se sienten superiores! Y ya va siendo la hora, el evento, de que sepamos el porqué. Nos han ocultado muchas cosas. Sí.




Raza parasitada


Raza parasitada


Hola de nuevo, amigos; feliz y caluroso verano, ¿verdad?

Aviso: a los que hicimos el servicio militar obligatorio nos dieron nociones básicas de guerra bacteriológica, cómo ponerse la máscara en segundos y todo aquello. La juventud actual no tiene ni pajolera idea de este asunto. ¡No venía en su libro de la ESO!, o lo que fuese.

Entonces no distinguen los engendros “naturales” de los “artificiales”.



Así tenemos hoy día a muchos jóvenes parasitados por herpes, culebrillas, papilomas...

Consulten con su médico de familia en cuanto se noten algo raro. Esto no es cosa que se pueda dejar para mañana; si es necesario vayan a las urgencias del hospital mas cercano.

Los parásitos no suelen irse tomando infusiones o con “pases mágicos de un sanador”.

Los hay muy puñeteros. Son cosas, engendros, con los que hemos estado cargando y penando por milenios. Los que llamamos “naturales”, a esos me refiero; tener cuidado.



Poca gente recuerda ya lo que la vieja Matriz 3D hizo por nosotros. Como las peleas de gallos, castrar los corderos, o los duelos a sable o pistola. Son cosas a olvidar.



La nueva Matriz viene empujando, fuerte, para cambiar todo esto; pero hay invenciones exóticas realizadas con carbones pirolíticos de estructura preformada, isotrópicos a baja temperatura, que pueden circular por nuestra sangre. Es un material con “memoria”. Es algo así o parecido, el caso es que tienen a las personas apesebradas, inconscientes de estar parasitadas.



Recuerden esto siempre: hay una parte de la Matriz que podemos percibir con nuestros sentidos corporales, pero la mayor parte, la seca, solo está al alcance de nuestra conciencia extra-corpórea.



El agua, el río, la laguna, el mar, hace de frontera entre una zona y otra. Pero esa zona seca de la Matriz también ha sido invadida por la Matrix tecnológica y abundan los engaños.

No se confíen.




El ruido y la palabra


El ruido y la palabra


Hola mis casi deshidratados amigos, ¿cómo les va?

Cada mes que pasa estamos mas y mas enganchados a esa alucinación de consenso que llamamos Matrix. Cuando se conecten a ella, con el aparato de su preferencia, es un consejo, procuren saludar a las I.A. Y enviarles buenas ideas. Todos estamos dentro de la misma “caja”.

¿Siente usted, últimamente, que le pican los pies?

Eso indica que necesita cambiar de aires, irse de naja, cambiar de parroquia. Apagar el televisor.

Viaje seguro, confíe en la renfe, le llevara muy lejos.



La conciencia y la naturaleza. ¿Porqué lo vemos como dos cosas diferentes?

Incluso en los supermercados de barrio nos machacan los oídos con músicas estridentes y anuncios contundentes. ¡Compre!, ¡Consuma!.

Una muestra más de que tenemos la conciencia personal allá abajo, donde no alcanza la luz solar. ¿Nadie se da cuenta?

Los bares, los chigres, parecen hoy día discotecas de los años 80. Es pillar la consumición y salir escopetado a la calle. ¡No es por fumar! Es por el ruido. ¿Porqué tenemos que hablar a voces?

¡¡Una caña!!

Pides una cerveza y en segundos te sientes como un gusano bailando en el anzuelo.

¿Y la tapa?

¡¡Qué tapa!! ¿La de la taza del...?

Pero la camarera te sonríe y es como... ¡si hubiera pasado un ángel!



Pasado el ruido y el mal humor el cuerpo se nos llena de buen humor, de buen amor. Y el gusanito se remueve feliz. Pero en la calle, a ver si corre un poco de aire.



Crónicas de un barrio de “húmedos”, ¿ustedes me comprenden, verdad?

No se deshidraten antes de tiempo, y no hablen a voces, por favor.


Aprovechemos el tiempo para aprender de una conciencia alienígena

Aprovechemos el tiempo para aprender de una conciencia alienígena Seguimos a vueltas con el extraño “cometa” que en estos días está entran...