Me
parece inútil hacerle preguntas a un ateo sobre Dios o a un creyente
sobre el mismo tema pues prácticamente nadie es capaz de superar el
nivel del puro sentimentalismo al hablar sobre el paradigma.
¿Solo
existe aquello que la ciencia nos dice que existe?
¿Me
tengo que creer a pies juntillas lo que un libro, La Biblia u otro de
ese tipo, expone?
Cuando
recuerdo lo que la ciencia enseñaba, a finales de los años 70 y
principios de los 80 del siglo pasado no sé si echarme a reír o a
temblar; y me da igual si hablamos de medicina, química o
astronomía. ¿Creer en eso?
La
Biblia, u otro libro similar, pueden ser interesantes cuando, de
niño, aprendes a leer y escribir; yo aprendí con una versión
reducida llamada Catecismo pero después te haces mayor, amplías tus
lecturas y haces tus propios escritos. Y de escritor a escritor,
usted tiene muchos libros publicados yo algunos, se puede discutir de
esto o lo otro o lo de más allá pero de escritor a lector es otro
tipo de discusión y el esfuerzo sobre lo que el autor quiso decir en
su libro puede resultar a menudo baldío y no digamos sobre lo que el
lector entenderá al leer lo que tú has escrito.
En
cuanto nos salimos de las matemáticas las interpretaciones de
cualquier texto tienden a ser infinitas. Un conjunto de ecuaciones
matemáticas es lo que es y puede ser muy bello, un poema es lo que
es y puede ser muy bello, pero el poema puede dar lugar a infinitas
interpretaciones y las ecuaciones no.
Una
cosa no tiene porqué quitar a la otra pues somos seres humanos no
animales o plantas y podemos salirnos de la matemática de las cosas
y reinterpretar millones de veces cualquier cosa, incluso una misma
cosa. O a uno mismo.
La
pena es que al igual que los peces no son capaces de pensar en nada
que exista fuera del océano nosotros no somos capaces de pensar en
nada fuera de nuestra materialidad. Cuando estudiaba en la
universidad nos decían los profesores que más allá de la atmósfera
terrestre tan solo existía un universo vacío y frío, terriblemente
frío. En este curso ya les enseñan a los chavales que el universo
ni está tan vacío ni es tan terriblemente frío.
Confío que algún
día los Catequistas, o divulgadores de ese tipo, enseñen a los
niños que nacemos y existimos en un universo lleno de algo que se
suele llamar “espíritu”, yo prefiero llamarlo Almax, y en ese
espíritu nacen crecen y se desarrollan todos los seres vivos; cada
uno con su conciencia propia, del nivel que sea, y que cuando el ser
biológico fallece su pequeña porción de espíritu permanece en ese
universo espiritual que ya existía antes de que él naciera y antes
de nacieran todas cosas materiales. Usted y yo podemos creer que no
existe nada más allá de las cosas materiales como los peces creen
que no existe nada más allá del agua y otros peces como ellos.
Pero
existen los alcatraces.
En
el sentido material y en el espiritual.
Es
lamentable que nuestras entendederas sean tan escasas y menguadas por
ello saludo su esfuerzo encomiable por enseñarnos lo mucho que usted
sabe y con qué facilidad le dio la vuelta a los argumentos ateos y
seguramente habrá hecho lo mismo con los argumentos espiritualistas
que se haya encontrado en la vida.
En
el Catecismo que le comentaba nos hablaban de una persona que
efectuaba curaciones milagrosas o caminaba sobre las aguas. Nos
exponían a los niños un universo lleno de leyes, físicas,
matemáticas, de todo tipo, y que había una persona que podía
manejarlas y darles la vuelta a voluntad, una persona humana. ¿Cómo
es posible tal cosa?
No
es cuestión de creer o no creer, me parece a mí, sino de: ¿usted
puede hacer lo mismo? ¿No? ¿Por qué?
Lo
que una persona haga otra lo puede hacer, sino exactamente igual sí
de modo parecido.
¿Por
qué no?
¿Qué
argumentos tenemos para no intentarlo?
El
mío se llama pereza, ¿el suyo?
Esta
es una carta que escribí como contestación a un escritor que había
leído mi relato
Historia de un talento,
allá por el año 2015, y le había dado la vuelta como a un
calcetín. Resumiendo: un escritor no puede quedarse en el nivel de
puro creyente, ha de pasar al de creador, y esforzarse.
¿Usted
qué opina?