Orgon: una idea

 


Ultimamente se está "poniendo de moda" hablar y escribir sobre el orgón y las orgonitas.

Esto es algo muy antiguo; ya los babilonios hacían cosas muy simples para obtener este tipo de energía sutil, y estupenda para la vida.

En la imagen un ejemplo: es una vasija de cerámica que muestra con simpleza como obtener orgón (electro-plasma).

Hay muchas maneras y cada cual, en su hogar, deberá encontrar la suya, ¡el caso es que funcione!

En este enlace podréis averiguar más sobre el tema:

Orgonitos

Esto que os muestro no tiene nada que ver con las dichosas antenas de telefonía, es más: sea cual sea el invento que se les ocurra procuren mantenerlo lo más oculto y protegido de su influencia. Incluyendo wifis y cables vistos de corriente eléctrica.



Una gente que sabía mucho de lo que llamamos electro-plasma u orgón eran los egipcios de la época de Akenatón. El tesoro de Tutankamon es un estupendo relicario de cómo producían e incluso lo distribuían por su ciudad, sacaban El Arca de procesión, para beneficiar a todo el territorio.


No, no soltaba rayos, desprendía la energía primordial del universo, de un modo suave y sutil.
También tenían un enorme ¿armario? donde la concentraban y la familia real pasaba, uno por uno, estando un rato en su interior renovando su energía vital.



Las serpientes es el símbolo que utilizaban para señalar la energía vivificadora, la buena, la sana; la perniciosa es la que nos están echando a diario con las antenas actuales.
¿Comprende lo que le digo? Utilizaban una tecnología muy superior, sanadora.


Esto no lo inventó Wilhelm Reich; él lo redescubrió y fue un incomprendido toda su vida, en especial en todo lo que contaba y afirmaba sobre la energía sexual. Ahora somos humanos estabulados y deprimidos, sin energía.
Eso sí: oro tenían a toneladas los egipcios.


También de la caída del polvo extraño que sueltan nuestros amigos los "aviadores". Que aviados nos dejan día tras día con su porquería.

Mirar arriba: hay un elefante en el cielo.


Milagro en Benares y otros cuentos prodigiosos

 


Una recopilación de cuentos y relatos que publiqué en el año 2014 como muestra de mi ingenio particular. 


Milagro en Benarés, el cuento que elegí para abrir boca, es producto de mi admiración por las culturas orientales, en este caso hindú y tibetana; en él puse, con el sentido del humor que tengo, casi todo cuanto sabía sobre esos temas que nos parecen tan exotéricos, espirituales, visionarios.

He tenido buenos "profesores" y nunca confundo el karma (vehículo de transporte) con el dharma (territorio por el que te mueves) Las creencias de las gentes son asunto suyo, no mío; hay mucho engaño aún en nuestros días.



Con Estrambóticos paracélticos, (unos alquimistas gallegos) me explayé sobre la Gran Obra, y como la comprendían en los tiempos del rey Don Carlos II, el hechizado. Muy interesante este tema; y también hay mucha confusión al respecto en nuestros días.



Toco otros temas en diferentes cuentos; con Nosotros, los tetitas me voy hacia el origen del actual ser humano, los que andamos por la calle.



Al escribir Las dos hijas del rey Alfonso comencé a pisar por un camino ya muy trillado: la novela histórica o con base histórica; así pues me reduje a una anécdota, real, por increíble que parezca sucedió así, en los tiempos de Don Alfonso el bravo, rey de León, y dos de sus hijas. El que reconquistó Toledo.



Pero aún me fui más atrás: a los tiempos de la Alta Edad Media Europea con Gundemaro, el último conde suevo. La base de este relato son recuerdos de un cuento o romance sobre un conde Gundemaro que escuché, allá por los años 70, a un abuelo en el pueblo de Aviados, provincia de León.

Fue interesantísimo escribir este relato, ¡no había nada sobre Los Suevos en aquellos días!

Lo primero que descubrí es que Gundemaro ¡era un nombre de godo! Pero, entonces, ¿quienes eran Los Suevos? Los Alemanes, que les decimos.

Viajes a Galicia, infructuosos, al Museo Arqueológico Nacional, vuelta de nuevo a Galicia, ¡nada!

Nuevo viaje al Arqueológio Nacional y ya tenían una moneda de un rey alemán y se hablaba, de pasada, de Los Suevos. Como si hubieran sido una anécdota más de la invasión y reinado posterior de Los Visigodos.

Finalmente de Portugal, ¡menos mal que nos queda Portugal! Me llegó la información que necesitaba para llevar a cabo este relato. Lo podía haber alargado y sacar una novela al uso pero estaba por lo conciso y otros cuentos fantásticos llamaban a la puerta.



Whats App, una historia digital surgió observando lo que a mí me parece una adicción: al teléfono móvil y sus aplicaciones; ya en 2013 me parecía que nos estábamos enganchando sin remedio al aparatito y sus redes de comunicaciones. Le eché humor al asunto e hice bien pues lo que observo en estos días es un contínuo espanto.

En la versión digital se pueden ver los emojis y comprender mejor el sentido del cuento.



Hay mucho más en este libro, de nuevo me salió el ramal distópico y escribí un relato pavoroso: Cuando nos quedamos sin red.

Y yo sin sentido del humor, ya me olía yo que nos estaban preparando la engatada, alguna gorda, los infames federados. Y saltó la liebre en el 2019, y lo seguimos padeciendo pues andamos como los topos.



En fin, disfruten con la lectura de estos cuentos que para nada han perdido su frescura.

Por cierto, me han preguntado sobre la imagen de la portada del libro. Es un mosaico, maravilloso, que ilumina la estación término de Oporto representando a las tropas de los condes Hermenegildo y Recafredo cuando recuperan Porto Cale para los cristianos y la ciudad pasa a formar parte del Reino de Oviedo, que regía por entonces Don Ordoño, el gotoso.

¡Tenía que escribir sobre ellos!

Y así nacería Ramiro y El Hazo, pero de ese libro ya os comentaré en otra ocasión.


Mis lecturas favoritas: 1984

 


Desde niño una de mis pasiones es la lectura, son unos cuantos cientos de libros los que han pasado por mis manos.

En este blog dedicado a compartir mis aficiones abro un nuevo capítulo dedicado a mis lecturas.

1984


¿Qué no se habrá dicho y escrito sobre esta distópica historia? Incluso hay estupendas películas; una protagonizada por John Hurt y Richard Burton me encantó.

George Orwell fue un escritor y periodista británico, nacido en La India, que se adscribió al movimiento del Socialismo Fabiano. En ese movimiento había gente tan importante como Bertrand Russel y otros por el estilo. Admiraban a Lenin hasta un punto que hoy día nos resulta difícil de asimilar.

Orwell viene, como periodista, a España en plena guerra civil, y enseguida lo comprende: es un experimento social, la lucha a muerte entre el fascismo y el comunismo. Orwell se consideraba de izquierdas pero regresó a Londres escaldado por lo que vió. Y a mayores enfermó de tuberculosis.

Como buen fabiano escribió Rebelión en la granja y 1984 donde expresa negro sobre blanco qué es y a donde conduce el Comunismo Materialista.

Hoy día se sigue sin comprender el porqué este escritor tenía unas ideas aparentemente rígidas sobre la sexualidad. Era un hombre moral y veía la sexualidad humana de su tiempo, (en nuestros días la cosa ha ido a peor) como algo prácticamente animal, que nos comportamos como... mamíferos, para entendernos.

Para que la humanidad progrese ha de comenzar a tener conciencia de lo que realmente es la sexualidad, y más aún la procreación. Ese espanto que es el aborto le deprimía profundamente.

El materialismo, tan popular antes de que "triunfara" la Mecánica Cuántica, reduce toda la naturaleza a una maquinaria sin conciencia. Despoja de conciencia propia a... las piedras, los árboles, los animales... y finalmente a los seres humanos. Hoy día estamos aún peor.

Desalmados, deshumanizados, despersonalizados.



Un breve párrafo para ilustrar cómo George Orwell veía el futuro si la humanidad seguía por ese camino del Comunismo Materialista:

Se espera que todo miembro del Partido carezca de emociones privadas y que su entusiasmo no se enfríe en ningún momento. Se supone que vive en un continuo frenesí de odio contra los enemigos extranjeros y los traidores de su propio país, en una exaltación triunfal de las victorias y en absoluta humildad y entrega ante el poder y sabiduría del Partido

Los descontentos producidos por esta vida tan seca y poco satisfactoria son suprimidos de raíz mediante la vibración emocional de los Dos Minutos de Odio, y las especulaciones que podrían quizás llevar a una actitud escéptica o rebelde son aplastadas en sus comienzos, o mejor dicho, antes de asomar a la consciencia, mediante la disciplina interna adquirida desde la niñez.

No hace falta que miren a la China actual para ver ese estado de cosas, miren más cerca, a su entorno y vean, vean en qué se han convertido los colegios de los peques.



Recomiendo su lectura.





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