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Abrasión por calentón de turigrinos


Abrasión por calentón de turigrinos


Tiene el turista por razón que todos son de su condición, y aunque se vean más perdidos que un pulpo en los talleres de la Renfe ¡no preguntan a los vecinos!

¿Pero es que no nota usted, foráneo, que nosotros somos vernáculos? Pregunte usted, y si hace falta le acompañamos a donde quiera ir.



Yo a veces recurro a ponerme una gorra de La Cultural; pero ni por esas...

Que igual soy de Valladolid y estoy infiltrado, que lo que voy buscando es... meterles el puerro.

Y dan vueltas y vueltas por las callejuelas del barrio.

¿Aquí que tapas tienen? Es lo que suelen preguntarme.

¿Ustedes a qué a vienen aquí: a comer o a beber? ¡Ah, que son pobres! Disculpen, les acompaño en el sentimiento.


Me vaporizan por ambos lados con olores de fresa y cítricos, para flipar en colorines.

Pasan raudos los repartidores de comida a domicilio montados en sus fascinantes patinetes eléctricos. Ya les tocará hacerlo a pedales.

Si lloviera, si volviera a llover por las noches, el barrio parecería sacado de la peli Blade Runner.

Hay pellejudos por todas partes. ¡Perdón! Se les dice Semillas Estelares.

Lo que no se ve, ni de coña, es a algún cazador de replicantes.



Sudamos, todo por aquí suda copiosamente, sudan hasta los chuletones de buey y de vaca vieja en cuanto los sacan de la cámara frigorífica. Sudan las piedras con esta ola de calor sahariano. No puedo apenas abrir las ventanas pues el polvo del desierto se cuela en minutos a todas las habitaciones, ¡y dicen que es radiactivo!

¿Cómo es posible que el aire del Sáhara en vez de ir hacia el océano Atlántico se viene hacia la península ibérica? ¿Alguno de ustedes conoce la respuesta?



Quien fuera marsopa y andar chapoteando por la Marina de Lugo y sus catedrales. O tomando una cerveza fresquita en el Puerto de Rinlo. Seguimos con estos calores artificiales, ¿ninguno se da cuenta?


Cambios imparables


Cambios imparables


En el capítulo de los Cambios en la Matriz 3D, algo que llevo avisando desde hace tiempo, hay un cambio que estamos notando ya sin duda alguna. Es un cambio en las corrientes atmosféricas que arrojan vientos saharianos, ardientes, sobre el sur de Europa, y en España nos dan de pleno.

Habrá que hacerse a la idea y plantear una estrategia plausible.



Quitar los coches del centro de la ciudad queda bonito, pero llenarlo de torres de telefonía es... criminal. ¡Mordor ataca! Día y noche.

Habrá que replantear incluso la alimentación y buscar la más adecuada. Las altas temperaturas diurnas y los bochornos nocturnos no son para tomárselas a broma.

Me encanta la horchata.

Recordar Valencia.



Replantear villas y ciudades a la carrera; han arrancado los árboles de las avenidas y llenado los tejados de antenas, algo muy destructor de la vida. Un capitalismo en sus últimos estertores está haciendo todo el daño posible, aun a sabiendas de que tiene la guerra perdida.

¿Un gazpacho para celebrarlo? Para mí sin pepino, que luego me repite, y sino sandía y melón. También soy mucho de espárragos de Navarra con salsa mahonesa.



Serán inevitables los conflictos derivados de la llegada descontrolada de africanos a Europa, correrá mucha sangre mientras los dirigentes sigan mirando para... ¿el Cabo Norte?

¿No se dan cuenta de que es la conciencia la que mueve y ordena la materia? Nunca es al revés.

Decía Ramón y Cajal que todo ser humano puede ser escultor de su propio cerebro, yo les digo que por lo menos pueden ser decoradores; quitar cosas que heredaron y poner las que ustedes necesiten.



Una idea provechosa: alquimia musical. Les propongo que utilicen la música para alterar sus estados de conciencia. Yo soy muy de música clásica pero usted elija la de su preferencia. ¿Que usted está de angustia, de bajón? Seguro que conoce la solución.



¿Que está eléctrico y no puede pegar ojo? Julio Iglesias, sus primeros grandes éxitos, no falla, se quedará roque en minutos. Hay músicas del mundo para todo tipo de terrícolas y sus dolencias.



Y si lo ve jo... robado: la cabalgata de las valkirias, la versión de Rudolf Kempe. ¡Y que sea lo que Dios quiera! Atienda: igual se le está yendo la vista pues con el Crepúsculo de los dioses no se divisan los objetos... mal que bien.


Humor luminoso

Humor luminoso Buenos días, amigos, tal y como les prometí ya tengo mi nuevo libro Humor luminoso, De Camino. Esta es la portada, confío...