Caldo o jarabe
Yo les puedo ofrecer mi cuchara amigos, pero ustedes han de elegir si quieren: caldo o jarabe.
Yo les daré de lo que tengo, y que Dios les bendiga.
Llevamos demasiado tiempo desconectados, y estamos pagando las consecuencias.
No se puede hacer vino nuevo en odres viejos pero no nos carguemos el viñedo, que no hay más pagos que los que están a la vista.
Hasta ahora tan solo se rascado la piel del asunto de la corrupción, que es mundial, y apenas tenemos conocimiento de lo que se han quedado en las uñas las Agencias... de caridad. Puro materialismo, y además emocional; fuerte adoctrinamiento tenemos para no ver sus maldades.
Si la vida es como un sueño procuremos estar lo más lúcidos posible.
Según sean nuestras creencias, deseos, así es nuestra experiencia de vida, y entre todos hacemos el día a día, la Vida en este mundo, tiempo.
Para tomar noticia de densidades y dimensiones superiores es necesario desarrollar un cuerpo no carnal, seco, que las pueda percibir plenamente.
El cuerpo humano es capaz de aprender a percibirlas pero es un largo aprendizaje, tal y como están las cosas. Se lo digo por experiencia propia.
Recuerde esto: nuestras creencias programan desde niños nuestros deseos y emociones, y se realimentan unas de otras.
Ejemplo: ¿alguien entiende que nos quedemos sin huevos si cada día hay más... gallinas?
El caso es que yo por todas partes he encontrado gente buena, y estuve en el Marruecos de Hasán II y en la Rumanía de N. Ceaucescu.
¿No será que nosotros mismos elegimos con quienes nos... topamos? Como diría Don Quijote.
Puede parecer que no hago más que meterme con la Iglesia C.A.R., y resulta que no tengo más que buenos recuerdos de la gente que he conocido. Comenzando por Los Jesuitas con los que cantaba de niño en el coro de la Iglesia de San Marcos de León. Peores los tienen algunos amigos que fueron de Opus Dei o seminaristas; es difícil hacerles hablar del asunto; saben demasiado bien cómo funciona ese negocio.
Será que lo mío era subir, ascender, pico tras pico, año tras año; será por eso.
Guarda esas manos, Antonio, Gallu, y deja en paz a las... gallinas.
