Mostrando entradas con la etiqueta Anécdota. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Anécdota. Mostrar todas las entradas

Cambios


Cambios


Hay que cambiarlo todo para que todo siga igual, o casi.

Los cortoplacistas andan estresados por el precio del oro o de las criptomonedas (esas estafas)

Los que tienen mirada larga en cambio se preocupan por un posible cambio en el ángulo de precesión del planeta, de modo súbito, pasando de apuntar a la estrella Polar a la estrella Vega. Sobretodo si son chinos los observadores.

Cambiarían las fechas de las estaciones y alguna otra cosa más.

Razón de más para cambiar el Calendario, ya tan desfasado, y comenzar con uno nuevo, actualizado. Tal vez con meses lunares y cosas así. Confiemos que el próximo obispo de Roma no se oponga a ello, como hizo el polaco en el año 2.000.

¡El Efecto 2.000!



Ya casi nadie recuerda lo sucedido, una buena oportunidad perdida para actualizar sistemas.

Siempre habrá carcamales que se opongan a los cambios. Confío en que las mujeres de entonces tengan la capacidad de darle la vuelta a la tortilla. Aunque no sé, al precio que se están poniendo los huevos... Como sigan "inmunizando" a las gallinas adiós tortillas, adiós.



Anécdotas vendo que para mi no tengo; el asunto está en el punto de vista. Lo que para unos, cortoplacistas, serán cosas catastróficas, ¡la llegada de Hercóbulus! Para otros no serán más que cosas anecdóticas; le toca a usted decidir en que grupo va a estar: en el de los sufrientes pacientes o en el de los gozosos disfrutones. ¡Sabor...!



Usted recuerde esto: el euro digital es para control mental y saqueo de la vecindad. No siga pensando como en el siglo pasado o le seguirán controlando. Si usted es joven piense que La Luna y Marte le están esperando.


Un caballero sonriendo


Un caballero sonriendo


Hola de nuevo amigos y vecinos de la Ciudad de los Dos Ríos.

¿Estamos esperando a que pase cada noche un sonriente caballero y nos arregle el patio?

¿No sería mejor dejar de tirar en él … las migas del mantel y las pelusas de las mascotas? Pregunto.



Una anécdota de mi barrio les voy a contar: observo al ir a sentarme en una mesa del mesón a unos pilgrims quejándose del menú. Ellos, que nunca han pasado del pollo de serrín y las patatas ahumadas, y un pis templado que le dicen ¡cerveza!

¡Una Murphy`s para mí, por amor de dios! Y torreznos.



Doy la callada por respuesta y me siento inmediatamente del lado de las camareras.

Esos jetas aún hacen pis en el orinal, allá en su húmeda choza y andan por España poniendo pegas a todo.

¿Humedades? ¿Hongos?

Nunca seréis capaces de imaginar lo que es un Hostel o una Tavern de su tierra. A lo mejor que tienen allá le llaman... Pafff.

Para superar su tufo, de pedos peregrinos, tuve que pedir, ¡por amor de dios!, una servilleta, de esas que tienen alcohol, como que se me había caído una mancha de aceite de los torreznos en la camisa.

Y me dieron una perfumada. Unos ángeles estas currantas.

Los pilgrims me lo agradecen, ¡sí! ¿Y eso? Así no olerán el de mis ropas con un puro sabor americano, al más jodidamente caro tabaco rubio americano.

¿Contentos? Ya, que molestaba su fina pituitaria.



Estoy por tirarme un cuesco mas gordo que el que le cayó a su ContraArmada.

Yo soy muy de María Pita, y de las centollas que se comen en el entorno de la plaza mayor de Mi Coruña. No han conseguido dejar de ser descendientes de los piratas vikingos, Lordemanos, que atacaban nuestras costas en tiempos el rey Ramiro y su hijo Ordoño. No les paso una.



¿Qué? Que quieren un postre especial y casero.

¿Con el menú?

Sugiero a una de las chicas que les ponga un brazo de gitano y que se lo pasen de mano. Nunca habrán probado algo igual.

Los pilgrims, que algo chanan de cristiano se me mosquean, y me piden, desafiantes, que les consiga un... brazo de esos.



Así que me levanto y les pido a las chicas el cuchillo mas grande que tienen en la parrilla. El chuletero mayor me podría servir.

¡Que no! ¡Que no! Que lo deje, que están de broma, que las estrellas que se han bebido se les han subido a la...

Me vuelvo a sentar, que estaba por hacerme una pandereta con sus prepucios. Guardar el tajante, amigas...

Una botella de ginebra mas tarde, sin tónica ni nada, casi a morro se la bebieron, y como yo estaba en la calle, fumando junto al barril, me veo en la obligación de acompañarles hasta el piso turístico donde se alojaban esa noche. No ven ni por donde pisan, pendejos.

No, no voy a entrar a acostarlos.

Una cosa es la Acogida Cristiana y que uno sea Hospitalero Voluntario y otra tenerles que buscar un orinal para cada uno.

Hasta aquí podríamos llegar...



Y ahora piensen ustedes en quien se acostó sonriendo aquella noche, y se levantó al día siguiente igual.





Agenda A

Agenda A Hacer algo Pro bono publico no suele tener recompensa alguna en estos días pero se queda muy a gusto tu conciencia. Les voy a ...