Amar al prójimo
¿Qué tal vamos, vecinos?
El sistema de control planetario, especialmente a través de televisiones y redes sociales, sigue implacable; los mandamases impasible el ademán, siempre sonrientes, ausentes de toda preocupación, dentaduras de caimán.
La gente abobada, mal informada, y el coste de la vida, la inflación, subiendo y la corrupción galopando.
¿No sabemos hacerlo mejor?, ¿o es que queremos que sucedan estas cosas?
Una de las cosas que quiero que vayan tratando de asimilar es que tenemos vecinos, vecinos en las estrellas cercanas. Gente común y corriente, incluso muy amable, encantadora.
No piensen ustedes en bichos raros: diablos y demonios sino más bien en gentes como los que andan por aquí.
De hecho este planeta, La Tierra, es como un áureo tesauro de lo que hay por la galaxia, e incluso de otras. Por hablar de humanos: tenemos blancos y negros, rojos y amarillos, aceitunados inclusive; un poco de aquí y otro de allá.
Unos vinieron hará 12.000, otros 6.000, otros 3.000 años, en ese plan; plan por nosotros, los actuales humanos, ignorado.
Cuando los españoles comenzaron a cruzar el charco, siguiendo a Cristóbal Colón, se encontraron con lo que les pareció un Nuevo Mundo; razas y culturas que no tenían parangón alguno con lo conocido por ellos hasta entonces.
¿Los Mayas? ¿Los Incas?
¿De dónde salieron esos pueblos?
Es hora de que se vaya sabiendo y de que comiencen los trueques y cambalaches con nuestros ignorados vecinos estelares. No nos resultarán tan extraños, ciertamente, como los incas a los españoles.
Establezcamos, en cuanto se den las condiciones, con estos prójimos La Paz de los Mercados y preparemos las plazas y rastrillos para el mercadeo, ¿qué les parece? Eso sí: habrá que contar con los dedos.
¿Que no se puede...?
Sujétame el cubata...
Vaya que se puede.
ResponderEliminar