El día de la estrella negra, de Frederik Pohl
Novela publicada en el año 1985, un buen escritor no se jubila nunca.
Comenzamos bien: Los Estados Unidos de América y la Federación Rusa se han devastado mutuamente en una guerra con misiles de largo alcance. Ha quedado China comunista como cancerbero mundial. Es como un nuevo mundo en el cual los yankis viven como campesinos cultivando los campos, han regresado a la vida agraria de los tiempos de su independencia.
Los protagonistas son chino-americanos y viven en una curiosa mezcolanza de cultura china comunista y yanki sin rifles ni pistolas.
Castor, un yanki educado como comunista acérrimo llega, de un modo rocambolesco, a conocer al profesor Fung, que es coleccionista de cerebros. Los lleva a todos en la cabeza. Así ha conseguido "metapensar".¿Qué existe antes de un pensamiento?. Pues es bien sabido que pienso luego existo. La India y La China se han repartido el mundo en áreas de influencia tras el desastre nuclear. Norteamérica se la han quedado los Han.
Y en esto que aparece una nave extraterrestre llegada desde fuera del sistema solar exigiendo hablar con ¡El Presidente de los Estados Unidos! Que no hay tal. tendrán que inventarse uno deprisa y corriendo. ¿Y quién podría ser? Ponen a Castor, pues es de origen yanki aunque solo tenga 23 años para disimular que han invadido América. Ni rastro de presencia hispana en toda la historia. Aquí se nota mucho que la novela fue escrita en 1985, que si la hubiera escrito en 2035... la mayor parte de los personajes hablarían español; aunque no fuera el de Castilla.
Y a partir de aquí me fui perdiendo en la lectura pues en vez de tener una nueva versión de Un yanki en la corte del Rey Arturo tenemos a Castor en un planeta alienígena. El de los Erks; donde llegaron décadas atrás unos astronautas yankis y se dedicaron a reproducirse estupendamente. (Es que ni los conejos oiga; una de las obsesiones de Pohl, la procreación)
Castor y sus dos compañeras chinas tendrán que averiguar quienes fueron los Dioses Vivientes, extinguidos en una guerra bacteriológica, y que cambiaron genéticamente a los erks convirtiéndoles en estupendos guerreros espaciales. A pesar de su escaso tamaño.
Es una estupenda novela de aventuras espaciales, con chinos por todas partes, que se alarga innecesariamente a mi modo de ver.
Hasta la próxima, amigos.
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