Hipnosis colectiva y beneficios crecientes
Hola amigos, un día más otra charla a mayores.
¿Seguimos estando susceptibles?
Mucho agua ha pasado por debajo del puente desde el anterior comunicado, ¿y qué hemos comprendido?
Hay días que me veo como aquel personaje de John Wayne en la película de John Ford titulada La Diligencia. ¿Porqué nos atacan los indios? Pregunto al posadero mexicano.
Porque ustedes, los yanquis, han roto La Paz de Los Mercados que tenían los indios con los hispanos. Me responde.
Traducido al hoy en día: parece que toda la Naturaleza y sus seres elementales estuvieran en nuestra contra y atacando, ¡pareciera! Que Ella fuera la mala. Pero la realidad es que nosotros, los humanos, los terrícolas, hemos roto con la Naturaleza, la estamos destrozando con nuestro modo de vida y tecnologías agresivas (las minas por ejemplo)
Seguimos con un nivel de conciencia tan bajo que hasta las tórtolas nos miran desde arriba. No es solo que seamos descendientes de los que protagonizaron La Caída del Hombre... ¡Es que nosotros mismos nos tiramos por cualquier barranca!
Cuanta abyección y fetidez se ve en estos días. Por Dios Bendito... ¿es que nadie va a levantar el culo de la taza?
Hemos olvidado el significado de la simbiosis, del intercambio, el trueque, que da mucho sentido a la vida. Observo personas por la calle y los bares en un estado casi catatónico mirando constantemente al teléfono o al televisor. Como si fuese una hipnosis colectiva.
No estoy yo como para recitarles Salomas del Espacio Profundo, en la calle o en la tasca, si ni miran por dónde pisan. ¿Acaso quieren que les de alguna noticia? Les contaré algo.
Casi nadie sabe que prácticamente todos los medios de comunicación occidentales pertenecen a tan solo seis Casas Comerciales. Simulan pelearse unas con otras, tienen medios afines a la derecha y a la izquierda, pero tan solo atienden a su cuenta de resultados, y a que sus beneficios sean siempre crecientes. Hay que darse cuenta de ello, y no consumir sus productos audiovisuales como si fueran bombones y galletitas.
No vemos al tigre oculto entre las hierbas y de seguro nos cazará.
Esas Casas Comerciales se alimentan de la gente, de nuestra ignorancia, del consumismo a lo tonto; por tanto ellas no paran de crecer. Nosotros nos alimentamos de tonterías, malos hábitos y comida precocinada, por tanto no dejamos de menguar, de encogernos, de envejecer.
En serio les pregunto: ¿No ven al tigre?
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