Baja conciencia y duermevela


Baja conciencia y duermevela


Hola amigos; feliz día

Bien, yo no me paso las horas discurriendo sobre cómo conseguir un Comunismo de Instituto de Enseñanza Media o un Globalismo para élites extractivas e insaciables. Miro por la supervivencia de la raza humana, y observo que tal y como está planteado el Relato ahora mismo vamos muy mal, de mal en peor.



A unos conflictos armados, básicamente por razones comerciales, les seguirán otros. Por la baja conciencia en que nos manejamos día tras día. Es la pescadilla que se muerde la cola: baja conciencia, nos arrastran fácilmente a conflictos bélicos; ¿hay bombazos? Nos baja la conciencia a todos los terrícolas. Pues todos estamos en la misma banda de frecuencias de la vieja Matriz 3D.



Hay esfuerzos personales y grupales por subir a una banda superior, llamemos al asunto: la 4D. Pero a continuación ¡aparece!, no sé... ¿una epidemia en las gallinas chinas? O una guerra en Chiquitistan, o... cualquier otro cuento, y nos envuelven a todos en la vieja 3D pura y dura. Tan antigua como las pirámides o más.



Hemos de irnos dando cuenta, cada vez más personas, aquí y allí, en no seguir ese juego, la Rueda de La Fortuna, de volver una y otra vez a lo mismo. Ora subes, tan pronto bajas.

No quiero que mis sobrinos, o sus hijos, peleen dentro de unos años con palos y piedras en un mundo radiactivo. Soy así de simple; me siento un descendiente de Indíbil y Mandonio.



Este mundo, Terra Mare, lo llamo yo, se asemeja, en cierto modo, a un acuario prodigioso donde se crían todo tipo de especies, y los “pescadores” no tienen la menor compasión hacia sus capturas.

¡Sí, vale! Se admite pulpo como animal de compañía y que nosotros somos los reyes de la creación.

Si a ustedes les va el materialismo emocional seguro que siempre andarán buscando algo que llevarse a la boca.



¿Nunca les ha dado por pensar si tendrán potencialidades ocultas? Tal vez sean poetas...

No permitan jamás que el ocio les engulla, busquen cualquier ocupación. Yo tengo días que soy capaz de filosofar, mientras me afeito, sobre lo cambiante que es el mundo onírico y lo pedestre que es el de vigilia. Es despertarse uno y que le empiecen a doler los huesos, a crujir las tripas, a toser o estornudar, a... y además hay palomas jiñando en mis ventanas.

Hay que ser más conscientes.

A lo más que llegan mis vecinos, es lo que observo a diario, es a andar como en duermevela. Con el móvil en la mano de calle en calle, de plaza en plaza.



¿Sueñan los celulares con palomas cibernéticas?


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