Dioses del Mundo del Río, la quinta novela de la saga, en la que Philip José Farmer cierra las aventuras e incógnitas de las novelas anteriores.
Nuevas aventuras en el mundo de Farmer, y ya de entrada asesinan al único Ético que quedaba con vida.
Como han pasado años desde su llegada a La Tierra R. F. Burton y sus compañeros manejan bastante bien la fabulosa Computadora pero siguen sin tener acceso a las naves voladoras.
Tendrán que dar con el modo y manera.
De repente y por los túneles de la Torre aparece un enorme cilindro rodante lanzando rayos sobre Burton. Y detrás viene un agente de los Éticos.
Como los protagonistas no envejecen hay nuevas aventuras a la vista. Pero después de muchas páginas de peroratas el autor se enreda con la búsqueda de quien pudo ser Jack El Destripador; y mira por dónde este individuo aparece en La Torre.
Turpin va llenando el lugar de congéneres y la cosa se va animando.
Los terrícolas vuelven a recrear el mismo viejo mundanal mundo del cual proceden.
Como no son capaces de vivir a bien consigo mismo van llenando La Torre con gentes del Mundo del Río.
Se masca la tragedia...
Y por supuesto esta llega en las últimas páginas.
Para PH. J. Farmer esta raza nuestra no da más de sí.
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