El domingo pasado y aprovechando una nueva actividad peregrina de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León tuve la oportunidad de volver por Argovejo.
La cuarta etapa del Camino Lebaniego fue de Verdiago a Crémenes y de ahí hasta Horcadas.
Pero yo no estoy para mucho andar, así pues me bajé del autocar en Crémenes y desde esta localidad me dispuse a caminar la segunda parte de la etapa.
Acompañé al primer grupo hasta la Ermita de Nuestra Señora de Pereda, reconstruida tras la guerra civil española, y les indiqué la pista que va casi a la orilla del río hacia Las Salas.
Por andar algo subí hasta Argovejo, hacía años que no paraba allí.
Que si tiras una moneda y pides un deseo se te cumplirá, dice el cartel.
Pero me da a mí que las monedas se las lleva el arroyo y nonainas. Paré en el Bar Pepín a tomar algo y comprar pastas de nata y mantequilla hasta que me pareció buena hora de bajar.
En Crémenes comí, bien, en el restaurante Huelde y a la hora señalada los autocares partieron para Horcadas a recoger a los compañeros de romería.
Horcadas, tienen muy bonito el pueblo y arregladas las casas pero apenas se veía a nadie más que los romeros de la capital.
Mientras unos aprovechaban a lavar el calzado en el arroyo que baja de La Foz Oscura otros se subían a la espadaña de la iglesia.
Estuvimos disfrutando de la primaveral tarde hasta que llegaron los últimos de la partida.
El día 30 de abril regresaremos para completar la siguiente etapa del Camino Lebaniego: hasta Barniedo de la Reina.
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