Los viajes de Ladmis Pan
Se conmemoraba en el año 2015 el IV Centenario del fallecimiento de don Miguel Cervantes Saavedra y tuve la ocurrencia de escribir un relato como homenaje a tan extraordinario escritor: Jipi de La Mancha.
Un grupo de chicos y chicas que se van a vendimiar a La Mancha allá por el otoño de 1980.
Todo un esfuerzo, un gran esfuerzo para mí, pues tuve un problema muy serio, hace unos años, de amnesia a consecuencia de un accidente laboral. No me quedó más remedio que pedir ayuda a mucha gente simplemente para recordar cosas y rostros.
Echar mano de la imaginación y la colaboración de “negros”, como se dice en el argot literario. (En su mayoría fueron “negras”, pero eso ya es otro tema. Yo vivía colgado del tiempo como el famoso actor Harol Lloyd)
Y como no quiere la cosa el libro se fue formando pues continuamente iban aparareciendo historias por aquí y por allá: ya tenía los viajes de Ladmis Pan. (Un seudónimo que yo utilizaba en las redes sociales, incluso me hicieron un muñequito con ese aspecto)
8 Π es una constante universal. Tengo la idea de que el primero que dio con ella fue don Alberto Einstein, pero la deshechó por parecerle demasiado fácil. ¡Es simple! Terriblemente simple, pero este señor pensaba en términos de espacio-tiempo, cuando es justo al contrario; viajaba en trenes de vapor y así de vaporosos fueron sus cálculos matemáticos.
Viajes en el tiempo, ¿porqué no? Hacia delante, hacia atrás, y también hacia los lados, a campos alternativos, por otras vías. ¿Por qué no? Relatados como si fuera el diario de un escritor fantástico, imaginario, y sus charlas con diversos colaboradores; algunos muy peculiares.
¡Volver a la luz, castrones!
Cuanto les gusta enredar.
Sobretodo mucha calma, y sentido del humor pues de la que se va escribiendo también se va padeciendo vicisitudes bochornosas. (¿No me habrán echado droga en el colacao?)
Hay que pasar por muchas cosas, al menos una vez en la vida. Yo he descendido en cuevas, escalado montañas, participado en concursos de baile discotequero, incluso en concursos literarios. ¿Usted lo pasaría a creer?
El estro creador que me animaba iba llenando hojas y hojas de apuntes, después había que editarlas para que tomara forma de libro, de algún tipo de libro.
Accidente en la Sima del Silencio, (espeleólogos en acción) Pánico en el hogar robótico (Las casas del futuro, dominadas por el internet de las cosas) El círculo dorado, La pasión de Loot (El regreso, tan esperado de Loot y su hermano Noer, y sus problemas de cálculo: ¿porqué utilizamos el sistema sexagesimal si la naturaleza es básicamente binaria? Terminarán arrastrados por la ola inmensa que provocará el conocimiento matemático)
Jipi de La Mancha (o el origen de la movida madrileña, cuando no había apenas madrileños, tan solo cuatro gatos mal pelaos en la villa y corte)
Para escribir La Fiesta de la Vendimia de Isla Berkner tuve que recibir mucha ayuda, ¡nunca he estado en La Antártida! Y la ayuda llegó; una maravillosa aventura de un grupo de supervivientes de un cataclismo telúrico que va cambiando la faz de la tierra. Tendrán que sobrevivir en aquellos campos helados sin apenas comunicación con los demás continentes. (Tan solo al principio podrán contactar con España a través de un policía un tanto pirado: Samur Pan, Samy para las amigas)
La población humana se verá reducida a poco más de siete millones esparcidos por las tierras que no se han hundido, o congelado.
¿Bonita historia, verdad? ¡Juá! Distopías a mí...
Relatos paradógicos que desafían nuestra estrecha noción del tiempo, apegados al calendario y el reloj. Y a mayores yo soy ferroviario. El tiempo, siempre el tiempo acuciando. ¿Y si el movimiento fuera producido por una onda-partícula? ¿y si eso subatómico fuera lo que llamamos Tiempo?
Sea como sea usted saque pecho y camine firme por las calles, eso sí: sin olvidar nunca el famoso dicho de Dan Lao: el camino que se ve y pisa no es El Camino.
Sí, yo fui de la O.J.E. Otro jipi más.
Busca tu Camino.
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