La electrodinámica estudia las cargas electromagnéticas en movimiento, las ondas; su velocidad y la presión que pueden ejercer.
Resumiendo: la materia se ve afectada por las ondas que producen los artefactos electromagnéticos.
En toda onda electrodinámica hay una parte real y una parte imaginaria, estamos hablando de matemáticas, números complejos. Esa onda genera una fuerza electromotriz que altera su entorno.
Los aparatos que utilizamos, ya sean muy elaborados o sencillos como juguetes, solo nos muestran la parte real de la medición; la imaginaria la debemos suponer, pues iría en una gráfica bajo el cero.
La parte imaginaria puede ser utilizada para “revertir” los efectos perniciosos causados por la parte real, la que nos muestran los aparatos. Y que podemos observar tan solo con mirar arriba.
Tan solo con mirar al cielo podemos observar los efectos de las ondas lanzadas a la atmósfera. Son devastadores para la vida.
Hay un elefante en el cielo, ¿no lo ve usted?
Los campos de conciencia que formulan la vida están siendo cada año más y más alterados por estas ondas. Comenzando por el agua de las nubes y continuando por todo tipo de vida biológica, siguen aumentando la frecuencia de emisión e incluso la potencia. Se escudan en que les bajan los ratios de... no se quieren explicar.
El electromagnetismo, tal y como lo utilizamos, está resultando muy dañino para nosotros, ¿qué podemos hacer? Es en defensa propia.
Utilizar el retorno de la señal.
Hay varios “inventos” ya descubiertos hace años, pero poco conocidos.
Lo interesante, en este tema, es que sea cual sea el invento que usted realice lo coloque en un lugar donde pueda recibir, de modo constante, esas ondas que emiten los aparatos en funcionamiento.
Cada año hay más, tanto en el campo como en la ciudad.
Deje que su invento absorba el retorno de la señal, la parte imaginaria, como lo quiera llamar para reducir su impacto en la humedad ambiental y la vida orgánica.
Y ya me contará.
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